Sororidad

El sábado pasado estuvo en Pachuca la doctora Marcela Lagarde y de los Ríos, para dar una conferencia magistral sobre “Sororidad en la Política”, invitada por la Secretaría de la Mujer Hidalgo, del Movimiento de Regeneración Nacional, Morena.

Yo no pierdo la oportunidad de escuchar a la doctora Lagarde, no me importa quién la invita, abrevo de su enorme conocimiento y experiencia y si puedo la saludo personalmente porque tengo muchas amigas que han sido sus alumnas, sus colegas, mujeres que la siguen en sus conferencias, en su actividad política, en la academia, igual que yo lo hago.

Y lo hago desde hace muchos años. Cuando estábamos formando la Red de CIMAC en Hidalgo, Sara Lovera nos convocó en la Ciudad de México para recibir capacitación en autoestima para periodistas y fue precisamente de parte de Marcela Lagarde. Una muy agradable experiencia en todos los sentidos, no sólo aprendimos mucho con ella, convivimos además con colegas de todo el país. La experiencia no se ha vuelto a repetir.

Pero regresando a lo que pasó el sábado en Pachuca, les comento. No únicamente yo platiqué con Marcela a quién traté de poner al día sobre cómo está el movimiento feminista en Hidalgo, éste se está caracterizando por la efervescencia de las mujeres jóvenes y es lógico, ya lo he dicho en varias ocasiones, nuestras ancestras lucharon por el derecho al voto, nosotras por los demás derechos que nos han sido escamoteados, ellas están luchando por su vida y por su integridad física, algunas otras mujeres también intervinieron.

Después del protocolo, vino la conferencia de Marcela, todo bien, todas muy atentas, en más de una ocasión arrancó los aplausos de la audiencia, que cabe señalar aquí, era vario pinta, incluso muchos hombres. Sí me extrañó no ver a más mujeres feministas de Hidalgo, imaginé que como el evento fue convocado por Morena, con aquello de la consigna “¡Ni marido, ni partido!”, pues no se quisieron mezclar.

El caso es queridas y queridos, que cuándo vino la sesión de preguntas y respuestas, me quedé con la boca abierta. Las primeras pertinentes, las mujeres tratando de aprovechar los conocimientos de Marcela. Cuando tomó el micrófono la última mujer a la que se le dio la palabra y empezó diciendo ¡Yo estoy por la vida! y a esta afirmación le siguieron gritos y consignas, de la parte de atrás, sobre todo de voces masculinas contra el aborto, yo pensé ¿pues dónde estoy?

Luego vino la contra respuesta de la Marea Verde que acudió a la charla de Marcela. Hubo necesidad de llamar a la calma. Varias cosas que comentar al respecto.

Cuando el diputado del PAN Asael Hernández organizó sus “foros de consulta” a modo para evitar la despenalización del aborto, Marea Verde Hidalgo, fue muy respetuosa y nunca irrumpió en ellos, el feminismo es sobre todo un movimiento civilizatorio y pacifista, en cambio de la parte opuesta, las y los de pañuelo azul, no han tenido respeto.

O sea, la doctora Lagarde es una de las feministas mexicanas más reconocidas tanto en nuestro país como en el extranjero, se sabe perfectamente bien que está a favor de la vida y la libertad de las mujeres. No creo que estas personas hayan ido a tratar de convencerla de lo contrario. Fueron a provocar, por supuesto.

Esto también me lleva a reflexionar dos cosas: o dentro de MORENA hay una corriente anti-despenalización del aborto, o chamaquearon a las mujeres de la Secretaría de la Mujer de ese partido y se les coló esta gente.

Sí es lo primero, Morena tiene mucho que hacer y con mayor razón la Secretaría de la Mujer, yo creo que es conveniente que quien preside esta entidad se manifieste clara y abiertamente por la despenalización del aborto y que el partido todo, recuerde a militantes y simpatizantes que es precisamente Morena quien ha llevado la iniciativa tanto al Congreso Nacional como al local.

Si es lo segundo, la Secretaría de la Mujer tiene que decidir qué tipo de entidad quiere ser. Por los principios del partido ha de ser una institución feminista, no por supuesto con el afán de llenar los espacios, junte el agua con el aceite y de hecho ser más selectiva.

El colmillo de Marcela Lagarde permitió que el evento finalmente concluyera bien, a quienes solicitaron consejo les señaló que un principio de la sororidad es no dar consejos porque alguien se estaría poniendo en posición superior a las demás, dijo, ¡tienen que caminar el camino!

A quienes acudieron con el afán de no escucharla y pretendieron sabotear el final de su presentación, seguro se regresaron a Tulancingo con los oídos retumbándoles, porque lo último que escucharon de ella fue la frase con la que suele terminar sus intervenciones: ¡POR LA VIDA Y LA LIBERTAD DE LAS MUJERES!

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