Gobernanza

Galdino Rubio Bordes

Gobierno y Gobernanza son situaciones diferentes. El Gobierno es la autoridad gobernante, cuyo objeto es dirigir, controlar y administrar correctamente las instituciones del Estado (población, territorio y ley) y regular a una sociedad política.

Para efectos de la elección del Gobierno se tiene preferencia por el sistema democrático, en razón de ser el menos malo, de manera que actualmente se presenta la democracia representativa, que es el hecho de asistir a votar en las urnas cuando somos convocados y en consecuencia asistimos, votamos, elegimos a nuestros representantes y nos olvidamos del tema, lo que ha sido insuficiente para atender los problemas serios del país. Por esta razón emerge la democracia participativa, que, además de elegir a nuestros representantes, trata de mejorar la calidad democrática a las Instituciones. Esto es Gobernanza: la participación ciudadana activa y decidida.

Esta actividad, actualmente se observa más para expresar inconformidades que para construir y gestionar mejores y más funcionales políticas públicas, cuya primera etapa, precisamente, es el análisis del problema y por lo que se ve, tenemos muchos.

En los días que vivimos, sentimos con mayor peso la consecuencia del modelo neoliberal de la política del país. Recordemos algunas de sus características: Política antisindical; desempleo; fin de las políticas de bienestar social; desincorporación de empresas del Estado a particulares; baja del salario real; enriquecimiento de una minoría; sacrificio de las mayorías; sometimiento del gobierno al poder del capital; falta de perspectivas; el mercado no resuelve los problemas sociales, los agudiza.

Este modelo destaca su crueldad y el fomento de la corrupción; aún con los tratados de libre comercio se disparó la pobreza y la desigualdad en la distribución de la riqueza; los extremos de la sociedad se potencian; los valores sociales se perdieron, porque al parecer es más importante el dinero; el estado protege a los que tienen todo de los que no tienen nada; surge el incremento exponencial de la delincuencia y por si fuera poco un sistema penal acusatorio cínicamente favorable a los delincuentes; en suma: pareciera ser que el sistema no puede combatir la corrupción, porque la corrupción es el sistema.

La Gobernanza implica nuestra responsabilidad como integrantes de una sociedad, que la queremos más equilibrada, sin violencia, con mejores resultados. Esto y más nos compromete. Es un error, pues ya lo demostró la historia reciente, creer que es suficiente con la participación orgánica, la que realiza la ciudadanía a través de conocidos órganos colegiados representativos (consejos consultivos, comisiones asesoras, etc.), no, no es suficiente.

Que la sociedad aporte su parte, en el diseño y gestión de políticas públicas, valora a las instituciones y a la propia sociedad. Otorga mayor solidez y valida las decisiones gubernamentales. La misma sociedad se encuentra satisfecha por el respeto a sus propuestas y la propia administración adquiere mayor aceptación y confianza.

La sociedad tiene el deber de construir un proyecto de nación viable (que lo podamos vivir, sentir) porque si no es nuestro proyecto, entonces es contrario a lo que deseamos vivir, lo que significa aceptar lo que otros quieren imponernos, lo que va en detrimento de nuestras libertades y dignidad propia como personas. ¿O no?