(Nota: A veces, la realidad nos supera y sólo nos queda la ficción para sobrellevarla. En estos días de tantos desencuentros, o mejor dicho, en estos días en que los desencuentros entre mujeres y hombres son tan notorios, desproporcionados y dantescos, recordé un guion para cortometraje que escribí hace ya muchos años a partir de uno de mis cuentos favoritos del uruguayo Mario Benedetti titulado “Conversa”. Lo dejo aquí, en dos entregas para que mi guapa editora no me odie por meterla en el brete del espacio y la distribución dentro de la página, tratando de usarlo como metáfora de la belleza que ocurre cuando un encuentro entre dos personas logra ser armónico, o al menos logra suceder.)

Sobre la pantalla en negro, y mientras crece el sonido habitual de un restaurante, aparecen los caracteres del título. 1. INTERIOR. RESTAURANTE. DÍA. 1.

En la barra se observa a una mujer. Es joven pero no adolescente. Se encuentra leyendo una revista mientras toma un café. Alejandro es un joven delgado, con barba y aspecto amable.

ALEJANDRO: Perdón. ¿Puedo sentarme aquí, contigo, a terminar esta cerveza? ESTELA: Si, Claro. ALEJANDRO: Mi nombre es Alejandro. ESTELA: Ah. ALEJANDRO: Alejandro Barquero. ESTELA: Esta bien. Yo soy Estela. ALEJANDRO: Estaba en el otro extremo del café. No sé. Te vi tan sola. ESTELA: Me gusta estar sola. ALEJANDRO: ¿Siempre? ESTELA: No, siempre no. Hay días. ¿No te pasa que de pronto te vienen ganas de hacer balance contigo mismo? ALEJANDRO: A veces. Pero por lo general de noche. Mi problema es que padezco de insomnio.

  1. INTERIOR. DEPARTAMENTO. NOCHE. 2.

Alejandro mira la televisión en pijama con cada de desvelo. La conversación se escucha en off. ESTELA: De noche prefiero dormir.

  1. INTERIOR. DEPARTAMENTO. NOCHE. 3.

Una pareja entra intempestivamente a un departamento. Él la carga mientras ella enreda sus piernas al cuerpo de él. Se besan con pasión. La Mujer es Estela. La conversación se escucha en off. ALEJANDRO: Yo también. Pero no siempre puedo.

  1. INTERIOR. RESTAURANTE. DÍA. 4. La conversación continúa. ESTELA: ¿Mala conciencia? ALEJANDRO: No. ¿Acaso tengo aspecto de delincuente o de violador? ESTELA: De violador, no. ALEJANDRO: ¿De delincuente? ESTELA: Vaya uno a saber. No hace diez años que nos conocemos, sino apenas hace cinco minutos. ALEJANDRO: ¿Siempre estás así, a la defensiva? ESTELA: Hay que cuidarse. ALEJANDRO: ¿Vienes a menudo a este café? ESTELA: Dos o tres veces por semana. ALEJANDRO: ¿Trabajas por aquí cerca? ESTELA: Si el interrogatorio va a continuar de esta manera, exijo la presencia de mi abogado. ALEJANDRO: ¿De esta manera? ¡Qué exagerada! Me gusta que tengas sentido del humor. ESTELA: Y tú ¿qué haces? ALEJANDRO: Traduzco. ESTELA: ¿Del inglés? ALEJANDRO: También del inglés, pero sobre todo del francés y del italiano; y además soy soltero en español. ESTELA: ¿Me haces confidencias para que yo te haga las mías? ALEJANDRO: No sabía que la soltería era una confidencia. Más bien creía que era un estado civil. ESTELA: Yo no soy soltera, estoy separada. ALEJANDRO: ¿Y qué tal? ESTELA: ¿Qué tal qué? ALEJANDRO: ¿Cómo te sientes en tu nuevo estado? ESTELA: No tan nuevo, hace un año que me separé. Ahora ya me acostumbré, pero al principio fue duro. ALEJANDRO: No te pregunto si vives sola, porque vas a pegar el grito en el cielo. ESTELA: ¿Por qué? Por supuesto que vivo sola. ALEJANDRO: ¿Y tu familia? ESTELA: Me queda poca. Mi Mamá vive en Brasil, con mi hermano. A mi Papá le dio un infarto. Tengo una hermana, casada con un gringo, que reside en Los Ángeles. Y se acabó.

ALEJANDRO: ¿Qué hora tienes? ESTELA: La seis y veinte. ALEJANDRO: Caramba. Tenía que estar a las seis en el Centro, pero no importa. Total, ya no llego. Ni siquiera en taxi. Lo que pasa es que mi reloj está perezoso. ¿Ves que marca las cinco y diez? Además, no he perdido el tiempo. Me dio gusto conocerte. ESTELA: ¿Conocerme? Mucho no hemos hablado. ALEJANDRO: Lo suficiente. Y una relación no sólo se construye con palabras. También hablan los ojos ¿no? ESTELA: Ajá. ¿Y se puede saber que te dijeron mis ojos? ALEJANDRO: No, es confidencial.