Hace muchos años, cuando estábamos conformando la red de CIMAC (Comunicación e Información de la Mujer AC), Sara Lovera nos hizo un regalazo a las mujeres periodistas, logró que Marcela Lagarde y de los Ríos nos diera un taller de varias sesiones sobre autoestima.

La recuerdo perfectamente, con su pelo largo, vestida con un huipil multicolor y la profundidad de sus ojos claros. Esa sabia mujer nos dijo: -Cuando las amenazan diciéndoles ‘¡te vas a quedar sola si eres tan rebelde!’, realmente ¿qué les están diciendo en el fondo? -preguntó. – ¡Pues que te vas a quedar sin un hombre! – contestó la mayoría. – ¡No!, respondió, – Con lo que las están amenazando es que se van a quedar con ustedes mismas, ¿tan malo es, quedarse con una misma? -señaló. Ahí entendí cuánto valía la pena estar conmigo misma.

El feminismo también dice: ¡Tu cuerpo es tu hogar!, así que tengo ya muchos años procurándolo, tanto como la mente y el alma, hace tiempo además que decidí ser una mujer integral e íntegra.

Con la abogada feminista María Martín Barranco, creadora de la Escuela Virtual de Empoderamiento Femenino, durante un año me capacité en desarrollo personal desde el punto de vista feminista, la felicidad fue el centro de ese estudio.

Todo esto viene a colación por lo que están revelando los análisis de género sobre la pandemia del coronavirus. Datos y análisis proporcionados por mi amiga Monique Thiteaux Altschul, por supuesto también feminista muy reconocida de Argentina, señalan que más del 70 % de los hombres muertos por coronavirus en el país austral son mayores de 60 años. Monique estima que esto se debe no sólo a la edad que los convirtió en población vulnerable, sino también a una cuestión generacional, para esos hombres los hábitos de higiene y de cuidado a sí mismos es de “viejas”. Para los hombres más jóvenes, dice, ahora ya es más común que se laven y se procuren.

Otra amiga, Dalia Acosta, feminista cubana, también recabó datos e hizo análisis. En Cuba el 60 % de los fallecidos por coronavirus, son hombres. Dalia dice, una manera de ser hombre en Cuba, ¡claro, macho alfa!, es tomar riesgos estúpidos e innecesarios. ¡Sólo basta mirarlos caminando por el malecón de La Habana con el nasobuco (tapabocas) como si fuera collar!, claro, el argumento es que les da calor, ¡es que a ellos nada les ha de molestar!, señala Dalia, aunque su vida vaya de por medio.

Platicando con mi querida amiga Tania Meza sobre cómo se ha disparado en Hidalgo el número de mujeres y niñas violentadas en sus propios hogares por los agresores machistas, ella me decía: -Es que hay tantos hombres que no saben estar consigo mismos, ni con su esposa, hijos e hijas, que están echando mano de la violencia más violenta para desfogar su frustración. Y yo comento: eso por supuesto, ¡no es una razón, es una justificación de los injustificable, la violencia de género! Por supuesto ni mujeres ni niñas ni niños son responsables de lo que está ocurriendo, no hay porqué desquitarse con ellas y ellos, es ¡urgente! que le encuentren otro cauce a su imposibilidad de soportar la frustración.

Otros datos recabados en México indican que, como es la tendencia en el resto del mundo, son hombres la mayoría de los que están muriendo por COVID-19 en nuestro país. ¡Quién nos iba a decir que el machismo sería el peor enemigo de los hombres en esta pandemia!

¡Y quién me iba a decir que el feminismo me sería de tanta utilidad en esta situación de confinamiento obligatorio y coronavirus! Siempre he reconocido que he sido, soy y seguiré siendo una mujer muy afortunada, por supuesto me doy cuenta de mis privilegios, privilegios ganados sin necesidad de violentar los derechos humanos de las y los demás, ¡no se los he quitado a nadie!, sino solamente aprendiendo y siguiendo las recomendaciones del feminismo de procurarse a mí mismas y desarrollando a profundidad el amor propio.

Cómo me dijo Tania, – Así como en los aviones cuando te dan las normas en caso de emergencia y te dicen ¡Antes de ponerle la mascarilla de oxígeno a niñas y niños, ¡póngasela usted misma primero! – ¡eso es tremendamente feminista!

Para lograrlo, es fundamental romper con nuestros propios roles y estereotipos de género, que le exigen a mujeres y niñas procurar, atender a todas y todos los demás antes que a sí mismas.

Como asegura Chimamanda Ngozi Adichie, y coincido con ella, ¡Todas, todos y todes deberíamos ser feministas! Yo añado ¡eso salva la vida! ¿Será que es esta pandemia la que acabará con el machismo en el mundo? Ahí se los dejo.

botellalmar2017@gmail.com