Faride Schroeder Lases es realizadora y directora de cine hidalguense, nacida en la ciudad de Tulancingo, quien en días recientes se apuntó un logro más en su carrera al ganar el concurso Nespresso Talents, con su cortometraje oasis, en el cual aborda el tema de los partos humanizados y muchas cuestiones sobre los derechos de las mujeres al dar a luz.

Nacida en Tulancingo, Faride recuerda que a los ocho años se mudó a la ciudad de Cuernavaca y posteriormente a la Ciudad de México, donde comenzó sus estudios en la carrera de comunicación, pues comparte que su trayectoria en el cine comenzó a los 19 años de edad, justamente cuando estaba en la universidad, “ahí me invitaron a trabajar en un primer cortometraje, y a partir de ese momento un trabajo me llevó al otro”.

“Afortunadamente comencé a trabajar profesionalmente en ese año, en el 2004, y también dirigí ese mismo año mi primer cortometraje, como un ejercicio de la universidad en 16 milímetros”.

Expone que siempre ha realizado cortometrajes como directora desde que empezó, pero ya en trabajo hizo muchas cosas, como ser continuista, fue asistente de dirección durante muchos años, hizo dirección de arte, también producción ejecutiva, trabajó publicidad en cine, pues al mismo tiempo hacía películas y comerciales, lo cual ayudó mucho a que sea conocido su trabajo, su compromiso y su disciplina, “eso me ayudó a tener horas de vuelo y también a tener mucha experiencia, para poder afinar mis habilidades como directora”.

Recordó que sus primeros cortometrajes los hizo sin ningún apoyo oficial, en formato de 8 milímetros y con cinco de sus amigos que le ayudaron, “después, para hacer mis cortometrajes de titulación, me acerqué justamente a Cultura del estado de Hidalgo, para presentarles los proyectos y pedirles un apoyo para la producción”.

“Ahí me di cuenta de lo poco explorada que está la cinematografía, porque me dijeron que nunca habían apoyado proyectos cinematográficos, y que mis cortometrajes iban a ser los primeros que iban a apoyar en la Secretaría de Cultura de Hidalgo, y me sentí muy honrada de haber sido la primera en abrir ese camino”.

Faride Schroeder recuerda que esos cortometrajes al final fueron una buena inversión, pues aunque fue un apoyo pequeñito, fue importante, ya que aunque la mayoría trabajó gratis y fueron unos cortometrajes que costaron mucho menos de lo que debieron costar, sí se pagó alimentación y se pagó a los técnicos, lo que ayudó a que los cortometrajes se pudieran realizar, “son dos cortometrajes subacuáticos, que se llaman “Al ras” y “Zurcidos invisibles” que fueron escogidos en la selección oficial del Festival Internacional de Cine de Guanajuato y en la selección oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia, respectivamente.

“Al ras” después fue al Short Film Corner del Festival de Cannes, en una selección de los mejores cortos mexicanos del Festival de Guanajuato, “eso me dio mucho orgullo porque pudimos poner en alto el nombre de Hidalgo y de las cineastas hidalguenses en el festival más importante del mundo”.

“Fue un inicio muy bonito, y tuvo un recorrido en festivales que me abrieron más puertas y que me dieron más visión para continuar haciendo cortometrajes”.

Comparte que también ha hecho asistencia de dirección a diferentes directoras y directores en largometrajes, siendo también productora en un par de largometrajes, “el año pasado hicimos dos y ahorita mismo estoy filmando mi primer largometraje que es la versión larga de Oasis, que es un trabajo sobre los partos humanizados en casa durante esta pandemia de Covid-19 en la Ciudad de México y estoy escribiendo mi primer largometraje de ficción”.

Mencionó que hizo un plano-secuencia con Tenoch Huerta y Anna Cetti titulado Mercy, que estuvo en selección oficial del Festival de Toulouse, que ha sido una de las películas más vistas en Filminlatino por un par de años, que le trajo muchas satisfacciones, “cada proyecto es un aprendizaje y es una raya más al tigre, una experiencia más para seguir mejorando mi manera de dirigir y de aproximarme al cine y a mis películas”.

Faride dijo con emoción que acaban de ganar el primer lugar nacional e internacional del concurso Nespresso Talents, para el cual hizo el cortometraje titulado Oasis, el cual es un documental que filmó sola en su casa y en las casas de las mujeres que dieron a luz y que con toda generosidad la dejaron entrar a ese espacio tan íntimo, “y lo filme durante el confinamiento”.

Justamente este cortometraje Oasis, que aborda los partos humanizados en casa que ahora lo lleva a un largometraje, lo fotografió, produjo y escribió ella sola, aunque sus productoras, Andrea Toca y Daniela Leyva, la apoyaron a distancia y junto con grandes profesionales de la industria cinematográfica, la ayudaron con la post-producción, “ese pequeño equipo ganamos este premio”.

Al haber ganado el Nespresso Talents, Faride Schroeder formará parte de los festivales de Morelia y de San Sebastián y su trabajo será galardonado en el Festival Internacional de Cannes, “estoy muy agradecida y me siento muy afortunada de representar a México internacionalmente, y al estado de Hidalgo también, porque yo nací en Hidalgo, mi familia vive en Hidalgo, pues sin duda son mis raíces y es un estado muy rico que requiere mucho apoyo y muchas manifestaciones culturales y artísticas”.

Para Faride representar a Hidalgo le da mucho orgullo, pues en el festival de cortometrajes Shorts México fue invitada especial representando al estado invitado, “que era Hidalgo en ese año, siempre me da mucho gusto y mucho orgullo, porque lo que puedes sumar al ecosistema cultural del estado en que nací, pues me da mucho gusto”.

En Oasis, que ahora será largometraje, aborda la autonomía del cuerpo de la mujer, la autonomía de sus decisiones, la violencia obstétrica sistémica que existe, el sistema medicalizado que a través de sus protocolos y sus prácticas que van en contra de los derechos de la mujer, han hecho que las mujeres duden de su capacidad de parir, pues México es uno de los países en el mundo que más cesáreas innecesarias practica en el nombre de protocolos que favorecen a la economía y a la comodidad del sistema y de los médicos, pero no al bienestar de las mujeres y sus bebés.

Reconoce que el apoyo de su familia ha sido fundamental, pues la manera de apoyarla de sus padres y sus hermanos Adibe y Francisco ha sido espectacular, “yo no sería quien soy como ser humano y como cineasta sin el apoyo de mi familia”.

Faride Schroeder anima a las cineastas hidalguenses que se congregan en Dulce Ovario y reflexiona que son menos las cineastas reconocidas en el sistema, pero las escuelas de cine están llenas de mujeres cineastas, “el problema es que la cifra decrece cuando se meten al mundo laboral por falta de oportunidades, porque el sistema y la cultura ha puesto a los hombres en posiciones de decisión, y son pocos los espacios para que las mujeres se validen por su trabajo. Entonces las mujeres cineastas, que sí las hay y hay muchas, el sistema no les da esos espacios y el sistema no las valida como profesionales”.

Faride es embajadora de Free The Work, organización de mujeres cineastas que busca la representación y la equidad de género en la industria audiovisual, y tiene un colectivo con contenidos de perspectiva de género llamado Dear Sisters, que busca transormar las narrativas de la mujer, a través de la mirada de las propias mujeres.