José Cruz Fernández

¿Ha sentido algún momento de su vida, que esta no tiene un sentido? Que le da pereza levantarse, sensación de aburrimiento, desesperanza, soledad y pesimismo.

Esto podría ser el resultado normal por el problema que estamos viviendo. La pandemia del Covid 19, nos obliga a recluirnos en nuestros hogares por espacio mínimo de cuarenta días, alejados de los amigos, lugares de reunión, diversión y trabajo.

Al reflexionar sobre la gravedad de este problema, la facilidad de contagio, que no exista una vacuna que la detenga, la posibilidad de la muerte, las consecuencias gravísimas a la economía mundial, además de las políticas y sociales en todos los niveles, surgen todos estos síntomas de vacío existencial.

¿Pero qué sucede en un momento ordinario como el que veníamos viviendo? ¿Nos sentíamos plenos, dichosos y con un propósito claro para contribuir a la vida? ¿O ya se venían arrastrando síntomas diversos de una existencia sin sentido? Una vaciedad en el alma que no se llena con dinero, poder, sexo o cosas materiales, pero entonces ¿cuáles son las causas del vacío existencial? ¿Qué hacer para llenar este vacío y encontrarle un sentido a la vida?

Según el Presidente de la Asociación Mexicana de Alternativas en Psicología, Dr. Marco Eduardo Murueta Reyes “El vacío existencial es la sensación de la falta de sentido de la vida, tedio, de no saber para que se vive, y que lleva al aislamiento y enrarecimiento de la relación con la familia y la sociedad”

El hombre es un ser biopsicosocial, es decir conformado de un cuerpo, con necesidades físicas que deben ser satisfechas, una mente que le permiten ser un ser pensante para entender y resolver los problemas cotidianos y un ser social, que necesita relacionarse con los demás seres humanos, porque de esta manera cubre sus necesidades de afecto, sentido de pertenencia y reconocimiento social.

A raíz de la necesidad de que la mujer, se integre al campo laboral para complementar los ingresos en la familia, los hijos han sido atendidos en guarderías, en el hogar por los abuelos, tíos o por personas que se dedican a las labores domésticas, justo en los primeros años de vida, cuando mas necesitan de la presencia y amor de sus padres, y es el primer síntoma de vacío, el afecto.

Esta sensación de abandono, de falta de comunicación y afecto, en la pareja y los hijos, por cargas excesivas de trabajo, generan en los hijos una falta de seguridad en si mismos, perdida de la autoestima y sentimientos de soledad.

La familia es la primera célula de la sociedad, si en esta no existe comunicación, muestras de afecto, integración familiar y prevalece todo lo contrario, los jóvenes no podrán relacionarse con los demás, habrá desconfianza, hostilidad, indiferencia y el encierro en sí mismos.

La era de la tecnología, el internet, han venido a “sustituir” esa sensación de soledad y aislamiento, se conforman grupos de Whatsapp, Facebook, videollamadas entre otros, para establecer comunicación y relacionarse, sin embargo, estos medios nunca podrán sustituir a un dialogo, conversación o reunión con la presencia real de las personas, en las cuales se trasmite y se recibe la alegría, la tristeza, esperanza y el afecto de los presentes.

Esta forma de comunicación ha venido creciendo de manera progresiva año con año, según el estudio realizado en 2017, por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, Agencia de la Organización de las Naciones Unidas, especializada en tecnología de la Información y comunicación, en ese año el 80% de la población mundial tenía teléfono celular, casi el 50% de la población tenía acceso a internet y actualmente casi 100% de la población lo tiene.

El bombardeo constante de información de todo tipo, va creando una adicción al uso del celular, laptop, Tablet, generando una constante despersonalización del hombre, sin saber quién realmente es, que quiere, que piensa, que siente, por estar centrado mas al exterior que lo que pasa dentro de sí mismo, de su esencia y de su identidad.

Estos factores entre muchos otros más, generan en las personas, la necesidad de llenar este vacío existencial, mediante la adquisición de mas dinero, bienes materiales, reconocimiento social y búsqueda de aprobación en las redes sociales, en pandillas u organizaciones delictivas lo que generan un mayor sentimiento de soledad, depresión, deseos de suicidio y una sensación de vaciedad en el alma.

Viktor Frankl autor del libro “El hombre en busca de sentido” y creador de un enfoque psicoterapéutico denominado Logoterapia, que consiste en el Análisis Existencial del hombre, para encontrar un sentido a la vida.

El autor considera que el hombre tiene tres dimensiones: la somática (física), la psíquica (mental) y la Noética (espiritual) y que esta es una de las más importantes de la tres, pues estando bien espiritualmente se puede estar bien física y mentalmente, para ello es importante fomentar la practica de valores como la libertad, la responsabilidad y la dignidad principalmente.

La libertad es importante porque ante un hecho o acontecimiento cotidiano desagradable, tengo la libertad de elegir como reaccionar ante la situación, aceparlo, comprenderlo, asimilarlo o la posibilidad de no aceptarlo y cambiar lo que sí puedo cambiar. La libertad de ser como realmente se es sin buscar aprobación de los demás, el ser autentico, libre de tomar mis propias decisiones,

La responsabilidad es el cumplimiento de mis obligaciones o deberes, asumir las consecuencias de los actos que realizo. El ser responsable me permite tomar la iniciativa de reparar o resolver un problema al que me enfrento y de esa manera la persona se siente bien consigo misma, se siente segura y crece su autoestima.

La dignidad, es uno de los valores mas importantes en el ser humano, es el derecho que se tiene de ser respetado, valorado como ser individual y social, con sus características y condiciones particulares, por el solo hecho de ser persona.

Finalmente es necesario restablecer las relaciones de comunicación y afecto en la familia, entre padres, hermanos, amigos, hablar acerca de lo que sentimos, pensamos, lo que nos molesta, resolviendo los conflictos mediante el dialogo para llegar a acuerdos en los que las dos partes salgan beneficiadas, es decir acuerdos “ganar-ganar”.

Realizar manifestaciones de afecto, aprecio y amor en la familia y amigos, realizar actividades recreativas en el hogar, hacer proyectos o actividades de manera conjunta, son acciones que gradualmente permitirán el restablecimiento de la armonía en la familia y desaparecerá gradualmente el vacío existencial.

 

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