Cuál sería la afectación que en las relaciones entre México y Estados Unidos traerá la detención del general de cuatro estrellas Salvador Cienfuegos? ¿Nos dice algo acerca de la corrupción dentro de Estados Unidos?

Se trata de dos entre el cúmulo de preguntas que han surgido tras la detención del extitular de la Defensa Nacional, y que se dan en un momento de doble cambio al interior de nuestro país y del vecino del norte.

La aprobación del presupuesto de la Federación para 2021 ha mostrado esta semana las resistencias que aún tiene ante sí el proyecto de la #4Transformación. Algunas parecen ampliamente motivadas por el tipo de discurso que emplea. Otras por la afectación de intereses legítimos que parece no deberían pasar por ningún predicamento. Un ejemplo es el de los fideicomisos, donde el válido impulso a objetivos científicos o educativos, entra en crisis cuando se cruza con la lucha anticorrupción, creando una ecuación irresuelta.

Del lado estadunidense la situación parece correr hacia una crisis no vista en décadas si el actual mandatario Donald Trump no se reelige y de acuerdo a sus propias palabras, se da un fraude. La situación política general estadunidense no se salva de anécdotas como la del pastor evangélico Pat Robertson, quien acaba de afirmar que Dios le dijo que el actual jefe de la Casa Blanca ganará los comicios del primer martes de noviembre, pero unos cinco años después, un asteroide golpeará la Tierra y podría causar el fin del planeta.

En resumen, la detención se da en una situación inestable donde en México siembra fermentos de más inestabilidad, mientras en Estados Unidos la jerarquía del exfuncionario militar mexicano no parece ser relevante para el grueso de la opinión pública, no estos días electorales al menos.

La historia reciente nos puede servir en todo caso para entender los hechos. Recordemos la “Operación Causa Justa”, en la cual 26 mil soldados estadunidenses invadieron Panamá en diciembre de 1989 para deponer al general Antonio Noriega por acusaciones de narcotráfico, y luego agentes de la DEA lo capturaron en la embajada del Vaticano en enero de 1990 para llevarlo a Estados Unidos donde fue juzgado por esos cargos.

¿Era narcotraficante Noriega? Muchos indicios apuntan en el sentido afirmativo, lo que no cuadra es que nadie se va a dormir inocente y despierta narcotraficante. La carrera criminal del panameño se desarrolló a lo largo de la década de los años 80 del siglo pasado, al mismo tiempo que el militar subía en la política del país canalero y siempre en comunicación con agencias estadunidenses antinarcóticos y de espionaje. ¿Nuca pudieron o quisieron esas agencias advertir a Noriega que detuviera su carrera criminal? ¿Qué pasó?
Esas preguntas llevan, entre otras muchas salidas, al tema de la corrupción en Estados Unidos. La imagen que por décadas ha vendido Washington es la de un consumidor indefenso ante las tentadoras ofertas de los narcotraficantes latinoamericanos, panameños, colombianos, bolivianos o mexicanos.

El punto, vale subrayar, cae por su propio peso. La sociedad estadunidense enfrenta desde hace algunos años una verdadera epidemia de consumo de opiáceos y analgésicos, estos prescritos por sus propios médicos, ingesta que ha disparado el consumo de heroína y sustancias como fentanil.

Está por realizarse el gran estudio que arroje luz sobre el verdadero padecimiento de la sociedad estadunidense, ese que lo lleva a un consumo de tranquilizantes en un grado tal, que genera la muerte de 700 mil estadunidenses cada año por ese tipo de sustancias.
El tráfico de drogas extranjeras parece estar asociado con ese de sustancias locales y obedecer a motivaciones profundas, donde la corrupción dentro de Estados Unidos está aún pendiente de ser clarificada. Por ahora, de acuerdo al informe de enero pasado de Transparencia Internacional sobre percepción de la corrupción, el país del norte se ubicó en el lugar 69 de 138 reportados, con una gran estabilidad, es decir, sin mayor ascensos o descensos.

El Global Anticorrupción Blog, creado por el profesor Matthew Stephenson, de la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard, señala que el principal tema de corrupción hoy en día es el uso que la administración Trump ha dado para que sus principales miembros, mayoritariamente la familia presidencial, emplee sus posiciones políticas a favor de sus intereses económicos. Nada de otros temas.

A 30 años de la invasión de Panamá los problemas de corrupción y narcotráfico en el país canalero puede decirse que son menores pero subsisten. El país carece de ejército como consecuencia de esa invasión, y en buena medida las motivaciones de fondo de las acusaciones contra Noriega, aliado de las agencias estadunidenses, siguen sin develarse.

Con la elección presidencial estadunidense aún en suspenso, esas motivaciones en el caso del extitular mexicano de la Defensa seguirán sin conocerse, pues podrían seguir rumbos diferentes según la Casa Blanca se mantenga como republicana o cambie a demócrata. Mientras seguirán alimentándose toda suerte de especulaciones.
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