Como ya platicamos en otras ocasiones, los barrios y colonias que vieron crecer a la ciudad de Pachuca de Soto fueron muchas, y en este apartado contaremos la historia del barrio La Surtidora.

Como la mayoría de los barrios altos en Pachuca de Soto, La Surtidora se fue creando debido a que este espacio geográfico aglomeraba a trabajadores de las Minas de Dos Carlos (por CEUNI) y El Álamo (por Cubitos).

Según cuentan habitantes que han vivido por más de 70 años en el barrio, La Surtidora siempre fue muy pequeño, hablando territorial y poblacionalmente, así que todas las familias asentadas ahí se conocían y respetaban.

De acuerdo con los relatos, el nombre nace debido a que en este lugar existía un negocio grande que se encargaba de proveer a las tiendas y tenía por nombre “El Surtidor”, y con el paso del tiempo, se adoptó el nombre a “La Surtidora”.

La surtidora, hoy en día, colinda con localidades como el barrio Las Lajas y colonia Centro; tiene a unas cuantas cuadras edificaciones como el Ex Convento de San Francisco, Teatro San Francisco, Presidencia Municipal, Parque Hidalgo, Parque Luis Pasteur, etcétera.

Por el año 1950, las niñas y los niños jugaban en las calles libremente, podían quedarse hasta la 1:00 am y nadie atentaba contra ellos. Cuentan las y los habitantes que crecieron ahí, que los juegos típicos eran canicas, futbol, yoyo, balero, listones y el entonces famoso juego “Doña Blanca”, que consistía en que los niños se agarraban de las manos y caminando en círculo cantaban: “Doña blanca está cubierta de pilares de oro y plata, romperemos un pilar para ver a Doña Blanca” y un niño o niña que personificaba a “Doña Blanca” salía corriendo y los perseguía.

Las niñas y los niños tenían que ayudar siempre a las labores de la casa, y una de éstas era llevar agua que emanaba de las llaves que tenían las bombas de agua de la calle Gómez Farías y posterior calle Centenario, fuere niña o niño, cargaban cubetas desde 10 litros hasta 15 litros por las calles empedradas de aquel entonces, una vez dejándolas en sus respectivas casas, subían corriendo por más.

Cuentan vecinos de dicho lugar, que aproximadamente por el año 1937 se fundó el mercado “Francisco I. Madero” con el que cuenta el barrio en la calle Mariano Arista, donde hoy en día trabajan en el comercio algunos de los que viven en La Surtidora.

Algo que resulta importante resaltar, es que la Feria de San Francisco, la del atrio, quedaba muy cerca, así que los días 4 de octubre se veía al Barrio La Surtidora y barrios aledaños bajar para divertirse un rato en dicha feria.
En la época cuando la “Zona de tolerancia” tuvo su apogeo, para las mujeres jóvenes habitantes del lugar resultaba muy peligroso salir cuando oscurecía, ya que los hombres sin escrúpulos que pasaban en su camino a la “Zona Roja” robaban a las jóvenes residentes del lugar.
Cuenta la crónica popular, que las cantinas más recurridas en el Barrio eran “Nuevo México”, “Buen Tono”, “Marina Nacional” y “La Botica”.
En La Surtidora, como en todo el Pachuca antiguo existía trabajo en equipo, apoyo comunitario, fiestas, posadas, peregrinaciones donde cooperaba cada uno de los vecinos. Sin duda, memorias que se deben de rescatar y contar a las nuevas generaciones.
Gracias Bertha Lilia Piña Rodríguez, Lilia León Piña, Uriel Vite, arquitecto Corrales, por las historias que le dan vida a este artículo.
@brenrivapalacio