¿Cómo ser responsable afectivamente?

Cuando hablamos de responsabilidad afectiva nos referimos a tener cuidado de no lastimar emocionalmente a otro intencionalmente.

En los vínculos sanos son indispensables: la honestidad, el respeto y la empatía; en las relaciones entre adultos no eres tú quien debe encargarse del bienestar de otra persona, sin embargo, existe o es conveniente que se integre en la relación la responsabilidad afectiva.

El objetivo es mantener relaciones de calidad, estableciendo los parámetros de estas, evitando daños emocionales.

La responsabilidad afectiva puede aplicarse a todo tipo de relaciones: entre padres e hijos, amigos, familiares y por supuesto, en la pareja.

De tal manera que, hablando de la pareja es importante, en primer lugar, definir la relación: ¿Qué somos?, y una vez establecido el tipo de relación conocer que implica ésta.

En ocasiones, el daño emocional inicia en la diferencia de expectativas: uno puede pensar que se tiene una relación sin compromiso y el otro considerar que puede recibir más de esa relación; entonces para ser responsable en las relaciones de pareja y no sufrir de más, lo primero que hay que hacer es definir la relación y que sus integrantes estén de acuerdo por voluntad propia.

Otra opción de responsabilidad afectiva es hablar antes de lastimar con acciones, como en el caso de querer terminar una relación. Es preferible colocar el tema sobre la mesa antes de comenzar a tratar a la pareja con indiferencia y falta de respeto, o peor aún, desaparecer sin dar explicación, lo que genera confusión y lastima más que hablar con la verdad y de frente.

De hecho, en una relación amorosa y al finalizarla es recomendable pensar en no hacer nada o dejar de hacer algo que le ocasione dolor emocional a la pareja, sobre todo cuando este pueda ser evitado.

Se responsable afectivamente es también respetar el derecho del otro a saber que ya no le amas y  que deseas concluir la relación, antes de mentir o traicionar, lo cual por obvias razones causa mayor daño.

En general, en todas las relaciones una de las principales formas de ser responsable afectivamente es NO hacer lo que no quisieras que te hicieran a ti, y aquí, por supuesto, entran la empatía y el respeto.

Otras alternativas para ser responsable con los sentimientos de las demás personas son:

Sinceridad y estabilidad:

Hablar francamente sobre quién eres, cuáles son tus intenciones y no variar de un día otro, lo que nos lleva a otra forma que es, ser confiable…

Interesarte en el otro: escucharlo, preguntarle antes de asumir o prejuzgar, dar cabida a la retroalimentación durante la escucha.

Respetar la libertad de cada uno: evitar caer en chantajes y manipulaciones.

No cosificar a las personas:

No cargarse demasiado en la otra persona ni ser posesivo con ella, nadie te pertenece ni tú a nadie.

No romper la comunicación verbal, saber hablar y solucionar conflictos de manera pacífica, no impedir la autonomía, no interponerse para que otra persona elija por sí misma, dar espacio para sus actividades, crecimiento personal y decisiones.

Establecer acuerdos y sobre todo, cumplirlos: no cambiarlos según la emoción del momento.

Y una más, que es, justamente gestionar las propias emociones para no proyectarlas o desplazarlas hacia las personas con las que convives o coincides en el día día.

Como comprenderás, estas conductas previenen daños psicológicos y preservan la calidad del vínculo.

Lo mejor que puede pasar cuando se es responsable afectivamente es, tocar con cariño la posible vulnerabilidad emocional de los demás, empezando por los más cercanos a ti: tus hijos, tu pareja… no como atadura ni por compasión sino por un genuino interés de no causar daño emocional ni a corto ni a largo plazo.

En cuanto al vínculo del amor romántico: si amas dilo, si no amas, también… con respeto y con cuidado.

Todo esto es ser responsable afectivamente, y seguro a ti también te gustaría que te trataran de esta forma… ¿Lo pensé o lo dije?

¡Abrazos virtuales!

@Lorepatchen

Psicoterapia presencial y en línea.

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