A una semana de dejar el poder, el aún presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la volvió a hacer y le aplicó a la marca china Xiaomi, lo mismo que le hizo a Huawei: un veto comercial para que ninguna empresa estadunidense tenga ningún tipo de trato, debido a que el Pentágono acusó a tales consorcios chinos de cometer actos de espionaje.

El Departamento de Defensa estadounidense mantiene una lista de empresas restringidas bajo la sospecha de colaborar con compañías militares del gobierno comunista chino.

Dicha relación especifica qué empresas extranjeras ven limitada su capacidad para recibir inversión de las compañías estadunidenses. En sí no es un bloqueo como el que sufrió Huawei, porque Xiaomi no ve vetadas sus colaboraciones con las firmas estadounidenses, como el software de Google o los chips de Qualcomm, pero sí supone una durísima advertencia para la marca y para todos los negocios estadunidenses que piensen invertir en la empresa china.

Para mí esto no es otra cosa que una guerra comercial entre China y Estados Unidos. Ya veremos qué hace el próximo inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, si sigue con esa política proteccionista retira el veto a estas dos empresas.

Si me preguntan qué marca prefiero yo, pues sin duda, Apple la mejor empresa en telefonía celular por excelencia.

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