Con calidad de prioritaria se pasa en enero del 2021 una Reforma a la Ley de la Industria Eléctrica que se vende como la gran transformación de la CFE. Analistas difieren de los congresistas que defienden a capa y espada los cambios y modificaciones.

El discurso oficial que se repite en el Congreso es que se va a nacionalizar la Energía Eléctrica a México, que el precio va a bajar para el consumidor y que será benéfica para el País. Los especialistas opinan lo contrario: que las modificaciones de la Ley va a llevar a CFE a comprar primero energías sucias y costosas ya que se va a prescindir de entrar a las subastas en donde se compra energía limpia certificada y que sea la de mejor precio.

Las energías renovables cuentan con una certificación que cumple con la norma de los acuerdos internacionales a los que estamos suscritos para disminuir el impacto en el Planeta que produce el cambio climático por emisiones nocivas en procesos de generación de energías sucias y costosas. La Reforma que se propone, y que ya pasa al Senado, elimina esta competencia en las subastas y se le dará prioridad a las energías sucias, contaminantes y caras.

Los consumidores pagaremos más por el consumo, pero esta Reforma es una jugada para sacarle la vuelta a una multa que, de no ser aprobada la Reforma, México pagaría una penalización por no cumplir con bajar las emisiones nocivas de nuestra forma de generar electricidad.

Si la CFE recupera su papel monopólico sobre el resto de los participantes del mercado energético. En la industria eléctrica hay 5 elementos, la generación de la que la CFE tiene el 46% de ella y el resto queda en manos de otros generadores. La transmisión y distribución la CFE controla todo el mercado.

Pasamos al suministro y la comercialización. El de pequeña escala es el suministro básico y la CFE lo maneja en su totalidad; el otro suministro es el de gran escala y se llama suministro calificado. La Reforma desconcierta a Montserrar Ramiro, ya que darle el papel preponderante a la CFE va a resultar más caro y de peor calidad ambiental, la más sucia. Usamos medios de combustión para generar la energía lo que se debería de evitar y pugnar por energías limpias y renovables que serían más económicas.

El orden de despacho, cada planta entra al sistema con su energía para cubrir la demanda, le dará prioridad a la CFE de uso común se le da prioridad de despacho a las más limpias y las más baratas. Con la Reforma van a despachar primero las plantas de CFE y posteriormente los renovables de los privados. Ya no va a estar regulada ni por la calidad y el precio. Las plantas de generación de CFE son las más caras. El precio va a incrementarse. Si las tarifas no suben el dinero de los contribuyentes subsidiará el precio, o en su defecto, el consumidor la va a pagar.

Las plantas térmicas de CFE son las de mayor impacto ambiental que afecta globalmente y en particular a los habitantes cercanos a estas plantas.

Los temas ambientales son marginados por la administración actual. No hay interes del Estado de cumplir con la reducción de gases de efecto invernadero que marcan los tratados internacionales. El certificado de energías limpias se va a emitir aun cuando no cumplan con la norma. Esto también afectaría el mercado. El mecanismo para integrar energía limpia no se pretende cumplir.

La CFE tiene que pagar una multa por no usar energías limpias para el suministro básico, con la Reforma, al unificar (cumpliendo o no con las formas de generación) el criterio de energías limpias sin serlo. Se libra del problema y simula que cumple con la norma eliminando la multa.

Otro punto negativo es que se le retira la reglamentación a suministro básico de comprar en subastas a largo plazo lo que es un mecanismo de control anticorrupción y queda un perjuicio a CFE que estaba obligada a comprar la energía más barata sino la que no cumpla con este criterio.

La CFE se va a ver en una situación precaria económicamente lo que nos afecta a todos. Perdemos e impide a la CFE ser la mejor empresa a ser un generador pobre sin transparencia ni licitaciones ni candados que aseguren la mejor tarifa a los consumidores que somos todos.