Galdino Rubio Bordes

El título de la presente colaboración obedece a la razón de que, como lo comentamos en otra entrega, la situación después de la pandemia no será igual. No regresaremos a la normalidad que vivíamos. Por ello, es necesario establecer algunas referencias sobre el acontecer en los años 2019 y 2020, a efectos de ubicar el tema.

Si considera que nuestro gobierno hará un esfuerzo importante para ayudarnos, tengo mis dudas. Así, de las primeras decisiones presidenciales fue el cancelar 85 programas emblemáticos de gestiones anteriores, en el presupuesto del año 2020 y añadió 59 a la Cuarta Transformación, dejando en 881 los proyectos de asistencia social.

De los más polémicos han sido, por ejemplo, el PROSPERA establecido para articular y coordinar la oferta institucional de programas y acciones de política social como el fomento productivo, generación de ingresos, bienestar económico, inclusión financiera y laboral, educación, alimentación y salud, dirigida a población en situación de pobreza extrema.

Fue sustituido, con la argumentación de clientelismo y corrupción, por supuesto sin acreditar ningún culpable, por el programa de Becas para el Bienestar Benito Juárez, que otorga un apoyo monetario a estudiantes desde nivel de educación inicial hasta el universitario, sin embargo, los beneficiarios no reciben apoyo en alimentos, tampoco consultas médicas, ni talleres de autocuidado que ofrecía PROSPERA.

Los comedores comunitarios, como programa nacional, estaba dirigido a personas con muy escasos recursos por lo que con una cuota de entre $5.00 y $10,00, recibían su desayuno y su comida. Actualmente funcionan en la Ciudad de México, pues en el resto de las entidades al cancelarse el presupuesto, no tienen disponibilidad para continuar el programa. Aunque se diga que, por el bien de México, primero los pobres.

Con la clásica argumentación de existir corrupción, y no castigar a nadie, las estancias Infantiles como programa social, fue cancelado. En sus tiempos de funcionamiento ayudó mucho tanto a madres trabajadoras, como a padres que tenían la responsabilidad de sus hijos. Los hechos indican que fue un programa funcional. Al cancelarse y ser sustituido por el Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras, ahora se transfieren los recursos económicos de manera directa a las madres, que, con las reglas de operación del programa, no se acredita que los niños asistan a la estancia infantil. La propia Secretaría del Bienestar, no ha verificado que el monto del Programa en el año 2019 de 2 mil 40 millones, entregados directamente a las beneficiarias, haya sido destinado para el cuidado de niños menores de cuatro años (Milenio Digital 30.11.2020).

A inicios del presente año, el prestigiado diario The Economist, publicó un resumen de 20 puntos de un análisis que realizaron 50 expertos, de lo que nos espera en este año 2021. Por razones de espacio solo resaltaré algunos de esos puntos.

1. El trabajo a distancia permanecerá, básicamente, igual. El trabajo en línea desde casa, va a requerir que estas, se adapten cada vez más a esta dinámica,

2. Las oficinas, en el concepto actual, van a tener un alto porcentaje de cierre y este modelo tal vez sea tomado por tecnologías disruptivas. Tendremos cada vez más asistentes digitales para trabajar en forma eficiente. Los grandes corporativos serán recordados como enormes mamuts de 1980 a 2020 en extinción o habrá que buscarles otro uso.

3. La educación, en particular la universitaria, tendrá también su adaptación. En estos días para los jóvenes el solo hecho de no hacer uso del transporte, pago de renta, alimentación, y demás gastos, es un ahorro significativo. Pero quizá lo que más debo resaltar es que son, literalmente, hijos de la era digital, es decir, están en su medio. Aprenden bien. Lo que habrá que adaptar serán las prácticas en laboratorios.

4. Nuestras casas se harán más tecnológicas y adaptadas al diario trabajo. Es probable que también cambien de ubicación y salgan de las grandes ciudades, pues se puede trabajar igual y con el mismo valor desde una ciudad más pequeña o en algún otro lugar.

5. La productividad ya no depende de un jefe que te revise, ahora es por medio de plataformas que te ayudan a medir resultados y tiempos eficientes. Se replantea la forma de contratar personal. No habrá diferencia en contratar personal local o extranjero, pues hoy todos somos globales. Así los analfabetos digitales verán reducidas sus posibilidades de empleo. Por supuesto habrá espacios para ellos. El desempleo será multifactorial y no solo por razones económicas o tecnológicas.

6. El sistema médico se adaptó a lo digital con tecnología a distancia para siempre. Sensores a base de algoritmos sabrán nuestros signos vitales y tendremos video-consultas. Recetas vía correo electrónico y surtimiento de medicamentos a domicilio. Nos enfermaremos menos si continuamos con nuestros buenos hábitos de higiene y manejo de alimentos de manera segura y limpia. Como lo hacemos en estos días.

La reflexión de esta ocasión es que sí es cierto que las situaciones cambian, por lo tanto, tenemos la oportunidad de adaptarnos a esos cambios.
Saludos cordiales y nos leemos en la próxima
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