La conmemoración del día de la mujer no es una fecha de celebración. Es una fecha donde se recuerda todo lo que falta por andar para que las mujeres (de todas las edades y condiciones) puedan vivir.

El derecho que se reclama es el más fundamental de todos, el de la vida. 11 mujeres mueren diario por el simple hecho de ser mujeres. De esas numeralias que México tiene que tener gracias a la omisión del Estado de dar solución a la enorme y devastadora violencia de género que tenemos décadas viviendo. Y lo vivimos a pesar de que las leyes tipifican delitos específicos contra la mujer y las agresiones, abusos, violaciones, secuestros, violencia doméstica, económica, laboral.

Porque la pobreza se nutre del grueso de nosotras. Porque la tenencia de la tierra, empresas, puestos directivos, puestos de elección popular, etcétera siguen siendo para hombres, no para mujeres.

Porque somos las que respondemos por los hijos de padres ausentes y omisos como el estado. Porque somos las que tenemos menos posibilidades de ganar lo mismo que un hombre por la misma jornada, trabajo o preparación. Porque los productos considerados para mercados femeninos son más caros que los que no lo son. No solo somos las que ganamos menos, somos las que pagamos más.

Porque quedar al frente de los cuidados de la casa, de hijos y adultos mayores no solo cuesta tiempo y esfuerzo sino dinero que sacamos de donde podemos. Porque el empleo informal es más para mujeres que para hombres. Y, a pesar de lo anterior, de nosotras comen las familias, de nosotras dependen otras familias, de nosotras depende que la especie se perpetúe, de nosotras se alimentan los infantes. ¿Será esta capacidad la que nos mantiene en una perpetua esclavitud a obligaciones que deberían ser compartidas?

Lo sucedido el 8 de marzo en muchas ciudades de la Nación y la represión que vivieron las y los y les manifestantes es sin precedente. Jovencitas en Aguascalientes puestas a disposición de las autoridades a punto de ser vinculadas a proceso por manifestarse por las causas antes mencionadas. Lo sucedido en la ciudad de México en la que hubo infiltrados y policías vestidos de civiles que iban armados y que cometieron todo tipo de atropellos causando miedo y encañonando civiles a diestra y siniestra.

Por debajo del agua. Repriman de frente. Ya las vallas avisaban el tono de la protesta. Balas de pintura, extintores con sustancias nocivas, grupos antimotines resguardando la casa de un particular con 61 denuncias de violación. ¿Qué hace en su casa un fulano que tiene 61 denuncias por delitos sexuales? ¿Cuántas se necesitan para que un potentado sea presentado ante las autoridades? Félix Salgado Macedonio como candidato inamovible para la gobernatura en Guerrero. Con unas elecciones a modo, una democracia de papel que se sostiene en el viento volando como una envoltura en el aire de los tiempos revueltos.

Las mujeres somos la mayoría de la población, pero probablemente no seamos la mayoría del padrón electoral. Porque si lo fuéramos los partidos políticos cuidarían más las formas y el gobierno cumpliría con brindar la garantía de vida de su base electoral que es lo único que les importa para seguir viviendo de sus presupuestos estatales. Para seguir escribiendo su Historia de pasquín, de monografía. La Historia se nutre de actas del registro civil y ahí constan las muertas que tenemos todos los días. Las desaparecidas, las que son víctimas de trata, las que son, somos y hemos sido abusadas desde niñas.

Hay derechos de facto como lo son la ira y la impotencia de gritar, pintar, romper, quemar… Con un sistema de justicia que resuelve menos del 4% de las investigaciones y que encarcela preventivamente a miles de personas que esperan años ser liberadas. Con la policía más corrupta del continente. Con los jueces y los ministerios públicos que enjuician y constatan de acuerdo a sus prejuicios y no acordes a los tratados internacionales a los que el País está suscrito.

Si el lema es “Primero los Pobres” el significado es “Primero Nosotras” ¿Por qué un grueso de la población que es mayoría vive precarizado, vulnerado, violentado y, encima, debe estar conforme con ello y no manifestarse?

No hablo del feminismo, hablo de todas las que vivimos condiciones que son desiguales y que no vamos a estar calladas ni un segundo más. Porque no es solo por nosotras, es por todos.