El 3 de febrero de 1909 nacía, en París, Simone Weil. El mes pasado y durante entregas, con la ayuda de las publicaciones del Instituto Simone Weil Ediciones https://institutosimoneweilediciones.wordpress.com/  que el día del natalicio dedica su entrada conmemorativa a un texto de Nicola Chiaromonte, que presentan Sylvia Valls y Mailer Mattié con la siguiente cita: “Decidida a descubrir los elementos de una ‘geometría de la virtud’, costárale lo que le costara, Simone Weil se expuso a sí misma e inevitablemente alcanzó la soledad espiritual absoluta. Sólo que es difícil estar solo sin perder la propia lucidez.”

Simone Weil nace durante el amanecer del siglo XX para vivir su propia pandemia y no una, sino dos Guerras Mundiales. Activista, filósofa, mística… La Marciana, la Reencarnación de la Virgen Roja original, Simone Weil (3 de febrero de 1909-24 de agosto de 1943), sus escritos se han ido colando por una cascada de esfuerzos de muchas personas que la conocieron y que finalmente desembocó con el rescate que hace de ellos para su publicación Albert Camus. Chiaromonte comenta uno de sus textos editados bajo la compilación que se titula “La fuente griega” que son conclusiones y comentarios a fuentes de su saber sobre temas clásicos, en particular, Homero con La Ilíada.

Ya que lo que comenta Chiaromonte es su texto sobre La Ilíada (Simone Weil escribe entre 1939 y 1940 La Ilíada o el Poema de la Fuerza) cuyo vínculo pueden encontrar descargando la entrega que -siempre generosas- Valls y Mattié nos comparten para el Aniversario del natalicio 112 de quien inspiró esta columna para promover sus semillas o retomar su voz o cometer cualquier barbaridad que me inspire y que Sylvia María Valls no me dejará cometer impunemente como acostumbro. Entro en materia.

Nicola Chiaromonte, filósofo antifascista, presenta en apenas 6 páginas lo que para después de terminada la II Guerra Mundial le parece pertinente señalar y acotar del texto que Simone Weil hace sobre el Poema Homérico en el contexto de una Francia ocupada por los Nazis y que ella, brillantemente expone -publicándolo bajo el pseudónimo de Emile Novis- en el uso de La Fuerza. Cito: El verdadero héroe, el verdadero tema, el centro de La Ilíada es la fuerza[…]. Los que soñaron que la fuerza, gracias al progreso, pertenecía ya al pasado, pudieron ver en este poema un documento; los que saben discernir la fuerza, hoy como antes, en el centro de toda la historia humana, encuentran en él el más bello, el más puro de los espejos.

La fuerza es lo que hace de quien quiera que le esté sometido una cosa. Cuando se ejerce hasta el fin, hace del hombre una cosa en el sentido más literal, pues hace de él un cadáver. […]. La fuerza que mata es una forma sumaria, grosera, de la fuerza. Mucho más variada en sus procedimientos y sorprendente en sus efectos es la otra fuerza, la que no mata todavía[…]. Del poder de transformar un hombre en una cosa matándolo procede otro poder, mucho más prodigioso aún: el de hacer una cosa de un hombre que todavía vive. Vive, tiene un alma, y sin embargo es una cosa. Ser muy extraño, una cosa que tiene alma. ¿Quién podría decir cómo el alma en cada instante debe torcerse y replegarse sobre sí misma para adaptarse a esta situación?

Señala que el terno entre la desgracia, la fuerza y la muerte como el camino de la humanidad que se repite cíclicamente y que lleva a concluir que entenderlo es entender la condición humana. Plantea el absoluto espiritual, que es intrínseco a la soledad del ser, un paralelo al confinamiento que llevamos viviendo desde el 2020 de manera global y que hace este concepto weiliano una revisión profética desde antes de que terminara la primera mitad del siglo XX y que nos traspasa al 2021 como una flecha que se llama Pandemia o Corona Virus o Covid. La posibilidad de que esta nueva fuerza a la que nos enfrentamos ahora y que nos tiene a todos en calidad de cosas, en vida o en la muerte. La relevancia de las reflexiones de Simone Weil y sus estudiosos son universales porque no importa el contexto de la historia o el momento, valen y pesan, pero sobre todo brindan luz al alma, a esa que ella se entregó con los brazos abiertos.

Sirvan estas humildes y muy pobres letras de invitación a leer los ensayos que le dan pie. Feliz cumpleaños 112 a la Marciana. El Universo te Abraza.