Raúl García Gutiérrez

¡Ya necesito vacaciones! Era el clamor de muchos hace unos días. Y ya llegaron. Ayer viernes 26 de marzo fue el último día en que más de 25 millones de alumnos de educación básica, sus papás, mamás y demás familiares, así como más de un millón y medio de trabajadores de la educación terminaron con las labores educativas, dando paso a las llamadas “vacaciones de primavera” o “Semana Santa”.

Con todas las implicaciones y complicaciones que la educación a distancia ha traído para los pupilos y sus mentores – no se diga para sus padres; el anhelado receso se convierte ahora en un signo de preocupación para las Secretarías de Educación y Salud Federales.

El pasado puente vacacional, del 12 al 15 de marzo, con motivo del natalicio del emblemático Presidente Benito Juárez, sirvió como un pequeño adelanto de lo que nos espera en las próximas dos semanas.

En Hidalgo, los parques acuáticos del Valle del Mezquital y los Pueblos Mágicos lucieron abarrotados de turistas, quienes buscan olvidar un poco el largo confinamiento.

A nivel nacional, los noticieros nos mostraron muchos destinos de playa al tope de visitantes, sin sana distancia ni cubrebocas. Definitivamente, la advertencia de lo que puede venir después de los “días santos” es muy clara.

A partir de hoy serán dos semanas en que la población estará “libre” para buscar el paseo perfecto, la fiesta perfecta, en fin, relajarse lo más posible, en un “justo pago a todo lo que hemos sufrido”.

El pasado martes, el Subsecretario Dr. Hugo López-Gatell, durante el “Pulso de la Salud” en la conferencia matutina, dio a conocer un decálogo para intentar evitar al máximo los contagios y, un indeseable nuevo pico de contagios, al que se ha dado por llamar “La Tercera Ola”.

El llamado principal es a pasear y convivir con la familia más cercana, evitar los grupos de más de 8 personas, a salir a lugares poco concurridos y bien ventilados; si se sale, regresar a casa a dormir; en caso de participar en los eventos religiosos, hacerlo desde casa – a través de los medios electrónicos, protegerse del calor y mantenerse hidratados.

La estrategia principal no ha cambiado. El Dr. López-Gatell terminó con el ya famoso: Si te es posible #QuédateEnCasa.

Varios países europeos ya padecen la embestida de la nueva alza de contagios. Toques de queda, aumento en las restricciones de movilidad y éxodos masivos de las principales ciudades es lo que se está viviendo cada día en el Viejo Continente.

En América, en la semana que acaba de terminar, Brasil promedió casi 2,500 fallecidos diarios, con un pico de alrededor de 3,250 el martes. El virus avanza devastadoramente a pesar que el Presidente Bolsonaro prometió un regreso rápido a la normalidad.

En México llevamos 10 semanas consecutivas a la baja en contagios, con la advertencia de no confiarnos ni bajar la guardia. La vacunación avanza conforme llegan los embarques de vacunas de diferentes partes del mundo.

La oposición critica ferozmente, “un día sí y el otro también”, dice el Presidente, cada acción que se lleva a cabo para la protección de la población, pero en ningún momento he leído o escuchado propuestas para mejorar. Solo un deseo inmenso de regresar a lo anterior, entiéndase al “cochupo”, a la “transa”, al “piquete de ojo” y al “frijol con gorgojo”.

Una cosa debe quedar bien clara: AMLO no va a terminar con la pandemia. López-Gatell no va a terminar con la pandemia. Krauze y Aguilar Camín no van a terminar con la pandemia. Ningún partido político ni los ilustres personajes van a terminar con la pandemia.

Usted y yo tenemos el poder de hacerlo. No se exponga innecesariamente, ni ponga en riesgo a los suyos. Extreme los cuidados sanitarios. Si es muy urgente salir, use cubrebocas, lleve una botellita de gel antibacterial, lave sus manos con frecuencia, mantenga sana distancia.

Detengamos la tercera ola de contagios. Solo nosotros lo podemos hacer. Si no han perdido a un ser querido o cercano, no saben de lo que les hablo. Si ya les pasó, entonces los comentarios sobran.

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