Jesús Cruz Fernández

Vivimos en una sociedad de consumo. Todos los medios de comunicación, como la televisión, la radio, el internet y redes sociales, nos bombardean constantemente con publicidad para consumir, comprar todo tipo de artículos materiales, viajes, aventuras, eventos, conocimientos y un sinfín de posibilidades. No es extraño que todos ambicionemos tener dinero para poder comprar muchas de las cosas que nos ofrecen.

Buscamos un empleo que nos permita ganar lo suficiente y lo empleadores buscan la manera de cada ves pagar menos y dar menos prestaciones. Para ganar más te piden más preparación, habilidades, disponibilidad de tiempo, que te absorben completamente y ya no queda tiempo para convivir con la pareja, hijos, familia que son lo más importante.

Esta búsqueda de lograr una independencia económica y seguridad material, nos mete en una dinámica de trabajo, tensión, preocupación y estrés que daña nuestra salud, tranquilidad y bienestar familiar. Se vive con ansiedad, con temor de no lograr o alcanzar algo que tanto deseamos, los recursos necesarios para “vivir bien”. Al tratar de llevar una vida de fama y dinero, estábamos en continuo temor y angustia irrazonables, vemos a los que nos rodean como rivales en la búsqueda de un ascenso, un logro material que anhelamos.

Cuando tenemos la idea de trabajar solo para obtener dinero y no para dar un servicio que sea útil a los demás, cambia la perspectiva del trabajo; se trabaja solo por compromiso, sin voluntad, buscando solo nuestro interés personal. En cambio, si se trabaja con la idea de ser útil, comprendiendo que nuestro trabajo contribuye a una causa que sirve a la sociedad, que es útil para alguien y le resuelve algún problema, el trabajo dará más satisfacción, las oportunidades se presentan y se va creciendo gradualmente.

En medio de esta crisis que estamos viviendo, donde todos los sectores sociales como el campesino, el obrero, las empresas, los prestadores de servicio, el turismo, el comercio, han resultado afectados por la pandemia, es complicado obtener un empleo bien remunerado. Si cambiamos la perspectiva y trabajamos para ser útiles a los demás, a la sociedad y la familia, obtendremos una mayor tranquilidad, paz y armonía con nosotros mismos.

Considero que esta nueva forma de ver las cosas puede ser el resultado de entender lo frágil que es la vida, que en cualquier momento puede acabarse, lo mas importantes somos nosotros, nuestra pareja y nuestros hijos. Que lo bienes materiales, los placeres, el poder y la fama se acaban pronto y que nunca van a llegar a ser satisfechos como queremos; porque entre más tenemos, más queremos y es cosa de nunca acabar. Por ello es importante practicar el estar satisfechos con lo que tenemos, con lo que hemos logrado y valorar a las personas que están a nuestro lado, cultivando la comunicación, el entendimiento, el respeto y el amor.

La fe y la confianza el algo más grande que nosotros, un Dios como cada quien lo conciba, nos permiten creer que vendrán tiempos mejores, de que no hay mal que por bien no venga y que uno de los propósitos fundamentales del hombre es seguir creciendo y mejorando como ser humano ante cualquier circunstancia y que para ello no hay límites.
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