Parly Roque

Hace un par de semanas hablábamos sobre la posibilidad del regreso a clases en nuestro país y la importancia que tiene retornar a clases presenciales para poder fortalecer las competencias y conocimiento que el alumnado debe adquirir.
Es bien sabido que la educación pública en México presentaba sus carencias a causa de una mala implementación de políticas educativas, pero ahora al enfrentarnos a la pandemia del COVID 19 aumentaron estos faltantes, poniendo en evidencia las deficiencias del sistema educativo nacional. Además, el covid también resaltó las desigualdades imperantes en nuestro país.
Luego de 17 de meses de su presencia en nuestro país, hace algunas semanas observamos que la pandemia estaba siendo controlada y fue ahí cuando las autoridades educativas por fin pudieron darse cuenta que la educación pública en el país estaba siendo un total desastre, pues de acuerdo con datos recabados por INEGI al menos 5.2 millones de estudiantes al final de este ciclo habrán de abandonar sus estudios por lo que significa tomar clases a distancia.
Desde luego que las generaciones que han pasado por estas circunstancias desarrollarán mayores desigualdades, pues es más que evidente que estamos atravesando una crisis económica, social y política que afecta directamente el desarrollo educacional poniendo a elegir a las familias entre los gastos del hogar o los gastos de la educación de los niños, niñas y jóvenes.
Al conocer estos datos se realizaron una serie de preguntas a un plantel educativo de educación preescolar en la capital hidalguense, los cuales confirman esta realidad de la que tanto hablan.
Pues el plantel educativo en cuestión, antes de la pandemia contaba con 5 grupos de entre 20 a 28 alumnos, tras un año y dos meses, el plantel tuvo que deshacer un grupo completo a causa de la deserción, comprobando que el abandono escolar es un hecho real.
De igual forma, en este plantel se observa que los alumnos que aún siguen inscritos, solo el 20 por ciento se encuentra activo, realizando las actividades para reforzar los conocimientos.
Por último, el porcentaje se reduce al momento de medir el número de alumnos que tiene la posibilidad de conectarse en red para reforzar el aprendizaje y poder apoyar en el mejor entendimiento de los campos formativos.
De esta manera los padres de familia deben decidir cuál es la prioridad y quien de sus hijos es el elegido para seguir sus estudios en esta nueva modalidad.
Es por ello que debemos de exigir al ejecutivo que se aumente el presupuesto para la educación y se creen estrategias serias e inteligentes para poder atacar este problema pues la mejor manera de reducir la pobreza es la garantía de una educación de calidad.
Por ahora me despido y como siempre espero que me compartas tus comentarios en mis redes sociales.

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