Martha Canseco González

Doble opresión/doble explotación/doble jornada de trabajo/doble militancia/doble lucha/doble esfuerzo/doble moral/doble, doble, doble/paradójico, ya no hay quien nos doble/nos pliegue/nos quiebre/nos aplaste/quizá nos engañen/nos mientan/nos seduzcan/se burlen/todavía. /pero quién detendrá esta doble necesidad de vivir.
Diana Galak

 

El pasado domingo 18 de julio, marcharon por las calles de Pachuca un grupo de mujeres no heterosexuales, es la primera vez que salen, su objetivo visibilizarse y visibilizar. Fueron escasas 20 mujeres, pero no se vayan con la finta, hace 25 años marchamos 7 mujeres por las mismas calles exigiendo, entonces, más causales para aprobar un aborto, hoy la interrupción legal del embarazo es una realidad en Hidalgo, así también el 8 de marzo del 2020 nos manifestamos 3 mil mujeres para exigir el alto a la violencia de género, hace apenas unos años éramos unas cuantas.

Lamentables los comentarios del público en general en los sitios de internet que publicaron la información. Lo más repetitivo fue “si ya tienen la ILE, ¿por qué siguen saliendo a las calles?”, ¿qué más quieren?”. ¡Lo queremos todo! Por supuesto, ya no vamos a parar, esto apenas empieza.

Los escritos dejaron ver por supuesto una evidente lesbofobia, pero también un pueril reclamo patriarcal que se ha visto forzado a reconocer los derechos de las mujeres gracias a la lucha feminista. Sin embargo, su pretensión sin lugar a dudas es que dejemos de empujar, que ya nos quedemos calladas, que aceptemos mansamente el destino violento que nos impone.

Mientras continúen los feminicidios, haya mujeres y niñas violadas en nuestro país, miles de desaparecidas, prostituidas, exhibidas en las redes, abusadas sexualmente, abandonadas, maltratadas, golpeadas. Mientras las mexicanas no gocemos de todos nuestros derechos y todas las oportunidades que como ciudadanas de esta nación nos corresponden, la lucha feminista no se va a detener.

El cambio cultural sigue siendo el reto. Algunas cosas ya están escritas en las leyes que existen en México para lograr empujar de inicio la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres. Están ahí muy bonitas en blanco y negro, pero mientras haya mujeres y hombres que sigan sosteniendo tanto ideológicamente como políticamente y socialmente al patriarcado las cosas no van a cambiar.

Dijo el sociólogo francés Pierre Bordeau que para terminar con la idea fundamental del sistema patriarcal de que por fuerza deben existir los amos y las esclavas debe haber un cambio radical en las condiciones sociales y culturales. En suma, que los hombres dejen de concebirse superiores a las mujeres, que las vean y las conciban como sus iguales.

También que las mujeres dejen de creerse que la sumisión es inherente a la feminidad, que entiendan de una vez por todas que todo es aprendido y aceptado como natural sin siquiera cuestionar, como dice la filósofa francesa Manon García: “No se nace sumisa, se llega a serlo”.

Así que, por favor acostúmbrense a vernos en las calles, pero sobre todo entiendan las razones por las cuales salimos. Cuando estén listos y de acuerdo con ellas únanse a las marchas, para que juntos hagamos realidad la aspiración de igualdad sustantiva entre todas las mexicanas y todos los mexicanos, esa que soñaron nuestros ancestros.

botellalmar2017@gmail.com