Galdino Rubio Bordes

“El populismo ama tanto a los pobres, que los multiplica. Mariano Grondona”
“Si le mientes al gobierno, es un crimen. Si el gobierno te miente, es política. Bill Murray”
“No solo eres responsable de lo que haces, sino de lo que no haces, de lo que no defiendes y de lo que no callas. https://ar.pinterest.com/pin/21040323248590331/

Con la palabra populismo se define un posicionamiento de carácter político, que, con diferentes estrategias, busca el respaldo y aceptación de las clases populares.
Es complejo y amplio, por consecuencia, también difícil de concretar. Se inserta en las realidades diferentes, con propuestas y estrategias políticas, sociales, económicas y culturales, que, generalmente, expresan defender a la sociedad en lo que representan sus intereses generales, de forma que exista y se sostenga un bienestar común.

El populismo, como tal, no existe como un movimiento político reconocido, más bien, se aprecia como una habilidad, una táctica, que puede emerger de cualquier agrupación o partido político de derecha, ultraderecha o izquierda, da igual, lo que les importa es conseguir sus objetivos.

Enrique Krauze (letras libres, 16 abril 2012), comenta que el populismo es una adulteración de la democracia. Lo que busca el populista, en particular en Latinoamérica, es establecer un vínculo directo con el pueblo, por encima, al margen o en contra de las instituciones, las libertades y las leyes.

Esta iniciativa no comienza con el pueblo, sino que lo hace el líder carismático, que define a “el pueblo” como una amalgama social opuesta al “no pueblo”. Es el líder el agente destacado y principal de la promoción del populismo. Sin la figura de este, el populismo no encuentra su “chispa” de inicio. Este líder resolverá de una buena vez y para siempre los problemas del pueblo.

Es importante establecer una diferencia entre líderes populares y populistas. Sobre los primeros, en la historia de nuestro país, han existido varios, como el Gral. Lázaro Cárdenas del Rio, Lic. Adolfo López Mateos, Sr. Fidel Velázquez Sánchez.

Se cree que el término populismo, se originó en Rusia en el siglo XIX, alrededor de la década de 1870, derivado de un movimiento político social, nombrado Naródnichestvo, cuya traducción conduce a la palabra “populismo”, derivado del lema “ir hacia el pueblo”, que fue el significado de los movimientos democráticos rusos de mitad del siglo XIX.

Siendo un líder el que da espacio a esta ideología, para algunos pensadores sociales, se concibe su basamento en la distinción y la oposición dualista entre “el pueblo” (que es visto como una entidad soberana) y el no pueblo o élite (que se concibe como una expresión de desigualdad política no deseada) Mudde y Rovira Kaltwasser, 2019.

En nuestra vida cotidiana, el uso del calificativo “populista”, generalmente se aplica en contextos políticos y académicos, de manera peyorativa, es decir, con una intención negativa, no obstante, no expresa una identificación ideológica, más bien es un recurso de estrategia, en la consideración del espectro izquierda-derecha.

Hay quienes consideran que el populismo, sí es una corriente política y que conserva características específicas como el aspecto dicotómico (cortar en dos partes); el antielitismo, que son las propuestas de igualdad social cuya pretensión es favorecer a los más débiles; el predominio de los planteamientos emocionales sobre los racionales; el uso de la movilización social, que pueden ser actos de protesta, boicots, disturbios y manifestaciones diversas, que pueden ser pacíficas o violentas y que su campo de acción puede ser la calle, como antaño se realizaban, o las redes sociales como es en la actualidad o en ambos campos de expresión.

También se afirma que es una contraposición al elitismo (grupo selecto de personas), por lo que se deduce y entiende que el sistema político más adecuado es el pluralismo, mismo que se caracteriza por no caer en ninguno de los extremos, equilibra las diferencias de los actores y hace posible que el poder oscile entre los diferentes agentes políticos.

En la reflexión para esta ocasión, podemos considerar que esta ideología es otra más que surge de la creatividad del ser humano, por establecer un sistema político que pueda realizar la función de gobierno desde la perspectiva de un solo líder carismático. Y es suficiente que, a este personaje, algo no le parezca para, entonces, simplemente descalificar todo aquello que le estorbe, trátese de personas o instituciones, sin tomarse la molestia de demostrar o acreditar hecho alguno, es suficiente con que sus seguidores le expresen su voluntad de estar de acuerdo con su visión y este es el primer paso del autoritarismo, totalitarismo y dictadura. Y cuando esto hace su presencia en escena, se acaban las disposiciones de la Constitución Política, con todos nuestros derechos humanos, sociales, políticos y económicos para dar espacio a un gobierno con la voluntad de un solo hombre.

Para muchos, puede o no gustarnos la estructura social vigente, sin embargo, este hecho lleva muchos años establecido. No es una situación espontanea, ha surgido con el paso de los años y con el paso de diferentes sistemas de gobierno, que se van adecuando con el devenir histórico de la humanidad.

Nuestro actual sistema político establecido en nuestra Constitución, nos dicta que existen tres poderes debidamente separados y autónomos, a efectos de guardar los equilibrios necesarios y así, por ejemplo, los Diputados Federales son auténticos representantes populares, que deben hacer valer ante la federación, las muchas y diferentes necesidades sociales de sus representados. Los Senadores representan a los estados, para realizar una función de representar a estos ante la federación y de igual manera ayudar al desarrollo de sus entidades.

El Ejecutivo, entiéndase el Presidente de la República, debe cumplir la ley que autorizan los representantes populares, Diputados y Senadores.

El poder Judicial, es la entidad correspondiente para vigilar y, en su caso, observar la correcta interpretación de la ley.

No obstante, algo sucede, que la vida real no es como lo dicen nuestras leyes. ¿Serán acaso las debilidades humanas? Algo así como, pues lo que usted diga señor y de paso el consabido ¿beneficio personal?

Por cierto. De acuerdo con los Indicadores de Bienestar, en el acceso a servicios de salud, Hidalgo tiene una cifra de 85.6 con datos al 2018 (https://www.inegi.org.mx/app/bienestar/?ag=13), . El más alto es San Luis Potosí con 91.0 y el más bajo es Michoacán con 78.8. Hidalgo se ubica en el lugar 21° de 32 entidades. La CDMX se ubica en el lugar 30° con 79.9.
Reciba mi cordial saludo y nos leemos en la próxima.
Galdino Rubio Bordes spgrb19@gmail.com