René Anaya

En una actitud muy semejante a la que ocurrió al inicio de la pandemia en México, cuando pocas personas hicieron caso de las medidas de prevención difundidas por el gobierno y los organismos internacionales, el virus SARS-CoV-2 con su variante Delta se ha introducido en el país para comenzar una tercera ola de la pandemia.

Desde su descubrimiento en la India, en octubre del año pasado, esta variante se ha extendido a 104 países, incluido México; se observó primero una mayor contagiosidad en personas de 20 a 39 años, pero al paso del tiempo ya no hay una división tan tajante.

Una variante muy peculiar
Esta variante no es la única del SARS-CoV-2, pero sí una de las que más atención ha tenido en las últimas fechas por su mayor capacidad de transmisión. Se sabe que los virus se modifican continuamente y que, en general, sus variantes no los hacen más peligrosos; sin embargo, sí hay algunas que fueron consideradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en dos categorías principales: de interés y de preocupación (VOI y VOC por sus siglas en inglés, respectivamente), con el fin de determinar a cuáles variantes se les debe poner más atención.

Las de preocupación tienen nombres de las letras del alfabeto griego, hasta la fecha van cuatro: alfa, beta, gamma y delta, esta última es la de más preocupación por su gran transmisión y propagación a muchos países del mundo. Además de estas características, hay otra que en un principio pudo tranquilizar a muchas personas, pues se registró mayor número de enfermos en menores de 40 años, con sintomatología leve.

Pero se trató de una falsa seguridad, ya que esta variante eleva el riesgo de hospitalización y de reinfección.

La OMS considera que esta variante se convertirá en la dominante en todo el mundo ya que a principios de este mes se registró un aumento en las muertes por Covid-19, después de que se había tenido un menor número de fallecidos.

El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebrevesus, ha advertido que “Delta y otras variables altamente contagiosas están generando olas catastróficas de contagios de la COVID-19”, principalmente en los países con menores recursos económicos, quienes han vuelto a sufrir la falta de equipos de protección, de oxígeno y de medicamentos.

Asimismo, destacó: “La brecha mundial en el suministro de vacunas es enormemente desigual e inequitativa”, lo cual entre otros factores está amenazando la recuperación económica global.

La Delta en México
México, lamentablemente, no se ha sustraído de esa tercera ola pandémica causada por la variante Delta, por su gran capacidad de contagio y porque muchos sectores de la población han relajado las medidas de seguridad sanitarias, como estar en lugares cerrados sin cubrebocas, no respetar la sana distancia y realizar reuniones.

En el país se han registrado más casos de pacientes con Covid-19 en personas menores de 40 años, tal vez porque este sector de la población ha relajado más las medidas de protección y, además, es la que ha esperado más tiempo la vacunación.

Lo cierto es que en México la tercera ola de la pandemia comenzó hace cuatro semanas (16 de julio), cuando empezó el incremento acelerado de casos, según señaló la Secretaría de Salud, pero con una característica importante: el número de casos confirmados se comporta de manera semejante a la segunda y primera ola, pero las hospitalizaciones han tenido un comportamiento diferente, se registra una reducción superior a 75 por ciento, probablemente por el efecto positivo de la vacunación.

Sin embargo, como suele suceder en los medios de circulación nacional, se ha privilegiado la contabilidad de pacientes y defunciones, sin mencionar los efectos positivos que ha tenido la vacunación de personas mayores de 40 años, quienes han sufrido menos contagios o han sido leves.

Al margen de este sesgo informativo, es importante extremar las precauciones para contener la tercera ola causada por la variante Delta del SARS-Cov-2, que tiene una mayor capacidad para introducirse en las vías respiratorias, donde “provoca una transmisión cuando menos dos veces más rápida que la del virus original. Eso quiere decir que, si alguien se infecta, probablemente tenga una mayor carga viral y una mayor facilidad de contagiar a otros”, consideró la doctora Soumya Swaminathan, Primera Científica Jefe de la OMS.

Aunque se ha observado que en términos generales los cuadros de Covid-19 son más leves con la variante Delta, puede haber personas que tengan complicaciones y fallezcan. Por lo tanto, deben reforzarse las medidas individuales de protección (uso de cubrebocas en lugares cerrados y la sana distancia, entre otros).