A sus 21 años, María Angélica Alemán Meneses sueña con convertirse en una reconocida bailarina, después de egresar de la universidad, en donde estudia la Licenciatura en Danza y además se desempeña en diferentes agrupaciones dancísticas en Pachuca y Mineral de la Reforma.

«Angy», como la conocen sus amistades, comenzó en el arte de la danza a los cinco años, es decir, a la fecha lleva 16 años practicando está disciplina, por medio de diferentes géneros que ha experimentado a lo largo de su trayectoria.

 

Acerca de su gusto por esta arte, la joven bailarina expresó, «la danza me ha dado muchas experiencias, pero sobre todo alegría, por eso mismo para mí, significa otra forma de manifestar mis emociones, conectar con mis sentimientos y con las personas que la ven».

Debido a que desde a una temprana edad comenzó en esta disciplina, la joven señaló, «desde pequeña me ha gustado sentir la música y moverme al ritmo de ella, pero sin duda, el gusto por la música clásica fue por parte de mi abuelita, quién despertó el mío por el ballet».

Angélica Alemán comenzó su trayectoria dancística en diferentes grupos y colectivos, pero de forma reciente comenzó a tomar clases de ballet en la academia «Sould Beat», además de entrenar danza aérea en el gimnasio «Eli’s Circus» y junto con amigas, amigos y docentes, se desempeña en el «Colectivo Zero».

En la última agrupación, Angy y sus amistades, se han presentado en diferentes escenarios, tal es el caso en la explanada de la Plaza de la Justicia, en el municipio de Mineral de la Reforma, que fue recientemente inaugurada por el alcalde Israel Félix.

Inspiración y desarrollo profesional

Respecto a quién fue inspiración para practicar la danza, Alemán Meneses dijo, que fue ella misma quien la impulsó » y la necesidad de superarme y un día poder verme como los grandes bailarines, además de saber que mi hobby lo podría convertir en la profesión de la que un día viviré», comentó.

Actualmente, refirió, se desarrolla en los géneros clásico y aéreo, pero en el colectivo en el que colabora, se desenvuelve en danza contemporánea y folklore. «Los géneros que me llaman mucho la atención son los urbanos y algún día me gustaría aprenderlos y ser buena en ellos».

«Me gustaría viajar a Cuba, para seguirme preparando en la danza clásica, mejorar mi técnica, y hacer una maestría en pedagogía para poder compartir mis conocimientos en mi propio estudio de danza», señaló acerca de su desarrollo profesional.

Además, respecto a la práctica de la danza durante la pandemia, detalló, «ha sido muy complicado seguirme preparando durante la pandemia, ya que tuve que adaptar completamente mis espacios para poder realizar mis clases prácticas, volverme autodidacta y mucho más disciplinada con mi entrenamiento, más consciente de mi cuerpo pues el hacer bien mis clases dependía completamente de mí, la conciencia corporal y los pocos o muchos conocimientos que pudiera tener al respecto. Ahora existe la posibilidad de tomar algunas clases presenciales y eso ha sido de gran ayuda para retomar mi ritmo físico y corregir mi ejecución».

 

La danza como medio de expresión

«Las artes en general, sensibilizan al ser humano y la danza es un lenguaje universal que permite la capacidad de socialización de las personas, así como nos permite expresar y transformar sentimientos, ideas y estados de ánimo», puntualizó.

Al ser cuestionada de las características que necesita una buena bailarina, dijo, «es necesario entregarse completamente a la disciplina, pues hay ocasiones en qué la pasión y amor por la danza no son suficientes, aunque también son elementos importantes. La constancia y perseverancia deben ser el motor de cada logro».

Finalmente, envió un mensaje a las mujeres y niñas que gustan de este arte, «luchen por lo que les apasiona, se atrevan a vivir la experiencia porque cuando lo que te gusta, lo haces con pasión y amor además de poder vivir de la danza, se ganan muchas cosas más».