Por: Franco H. Ixtlahuaca

 

El espejismo de la revolución mexicana. Segunda parte. De héroes a villanos, de villanos a héroes.
Una vez iniciado el movimiento armado, se formaron varios bandos los cuales tenían en sus cabezas a varios personajes recordados cada 20 de noviembre, los cuales iniciaron con un motivo en común, pero al paso de los años cada uno de ellos buscaba el beneficio propio, dejando atrás la idea que impulsó esta gesta.
Como bien se mencionó en la pasada colaboración, Francisco I. Madero, inicia este movimiento con el Plan de San Luis, teniendo como logo la frase, “Sufragio efectivo, no reelección”, frase que acuñaría Porfirio Díaz en sus años de candidato a la presidencia de México en contra de las constantes reelecciones de Benito Juárez, frase a la cual le cambiaría la coma ya siendo presidente para justificar su estancia en el poder, quedando de la siguiente manera: “Sufragio efectivo no, reelección”.
Cuando Díaz declina a la presidencia y se exilia a París, en el país inicia una serie de traiciones entre los guerrilleros para poder sentarse en la silla presidencial, las cuales dan como resultado una guerra civil donde no hay tregua alguna entre todos los involucrados llámense carrancistas, maderistas, villistas, zapatistas, huertistas y todos los que se fueran acumulando.
La historia oficial ha omitido a varios personajes de esta lucha ya que no iban de acuerdo a los principios del partido en el poder, claro ejemplo es Teresa Urrea una curandera del norte del país quien se mantuvo estoica durante el porfiriato y es considerada como precursora del movimiento armado en contra de la dictadura; igualmente están los hermanos Serdán, los cuales deberían de aparecer al lado de la palabra anarquía en los diccionarios, así mismo podemos seguir enumerando a varios personajes que realizaron más obras de heroísmo patriótico que todos aquellos recordados en los desfiles.
Así como en las mayorías de los movimientos armados existen personajes vanagloriados por ser carismáticos (Ernesto Guevara de la Serna) o tener un ímpetu de una buena oratoria (Alois Schickelgruber), pero con un sadismo y una insaciable sed de acribillar gente solamente por considerarlas una amenaza, no ser adeptas a la causa o simplemente por el hecho de pertenecer a otra nacionalidad o religión. En el movimiento armado mexicano existió un personaje que fue considerado como uno de los mayores asesinos en el norte del país, el cual encontró en esta guerra civil la oportunidad de dar rienda suelta a sus más escabrosos instintos, exterminando a la comunidad china asentada en los territorios donde tenía presencia, al igual, a pueblos de connacionales que no comulgaban con sus ideales o simplemente por el hecho de la presencia de españoles o norteamericanos en estos pueblos, el nombre de este personaje es Doroteo Arango o mejor conocido como Pancho Villa, un villano en toda la extensión de la palabra durante esos años y actualmente considerado un gran héroe.
Bien se dice que la historia la escriben los vencedores y en el caso de México no es la excepción, pero se debe de reflexionar lo siguiente, en todos los movimientos armados no hay vencedores ni vencidos, ni héroes o villanos, tampoco liberales o conservadores, simplemente son hombres luchando por obtener el poder sin importar la vida de inocentes.
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