“Las personas que juzgan con dureza, critican y condenan a los demás mediante chismes, rumores o malas palabras se están preparando para los mismos juicios injustos”. Scott Allan.
“Si no puedes decir nada bueno, entonces no digas nada en absoluto”. Esopo.
“El chisme es más popular que la literatura”. Hugh Leonard.
La Neurofisiología es la rama de la fisiología que estudia el sistema nervioso. En cualquier acción o conducta de todo organismo está presente el sistema nervioso. Cualquier cambio en su desarrollo es resultado de modificaciones funcionales de dicho sistema.
También por definición, el chisme es una noticia verdadera o falsa, o algún comentario que, generalmente, pretende indisponer a unas personas con otras, o propiciar la murmuración sobre alguna. Por lo regular no siempre la información comentada resulta ser cierta o son verdades a medias.
En la vida diaria, a todos, así como lo lee, en mayor o menor medida, se nos presentan los chismes. Y resulta, que el chisme causa placer, genera gusto y también adicción. Es una actitud que, de igual manera, ha estudiado la psicología ya que, de acuerdo a esto, el chisme tiene algunas ventajas sociales, como la generación de endorfinas; ataca el estrés y fortalece el sistema inmunológico. Ayuda a integrarnos y vigorizar vínculos dentro de un grupo social, por lo que podría decirse que el chisme podría reforzar nuestra comunicación con ciertas personas que tengan esos mismos intereses en sus conversaciones.
El chisme, al causar placer, se genera lo que la Neurofisiología identifica como el Circuito de la Recompensa, el cual desempeña un papel fundamental en el desarrollo y mantenimiento de la adicción, ya que dicho circuito se encarga de regular aquellas sensaciones placenteras, facilitar el aprendizaje y memorizar aquellos estímulos contextuales, que, pueden ser útiles como desencadenantes en la repetición de una conducta (1) Y es la dopamina, el químico que, en aspectos del placer, quizá sea el más importante que actualmente conocemos por sus efectos en el cerebro por muchas razones, entre ellas, es el químico que regula nuestra motivación, nuestro entusiasmo por las cosas y además, regula nuestra sensación de placer (2)
La reflexión para esta ocasión.
De acuerdo con el Dr. Eduardo Calixto, sabemos que el chisme es una conversación un tanto pícara, maliciosa, que puede o tergiversa la realidad y promete un dividendo secundario, algo así como: “fresquecito, me lo acaban de contar con mucha reserva”, te lo cuento “pero no se lo digas a nadie”. El chisme tiene su lado positivo (incremento de la motivación, modificación de conductas o cambiar objetivos para proteger personas) y su parte negativa.
El cerebro, en sus regiones más evolucionadas, utiliza información evaluativa sobre las demás, para mejorar, promover y protegerse, todo esto al momento de hacer un chisme, el cual, es un comportamiento generalizado, socialmente, pues establece reglas grupales; castiga a los intrusos; ejerce influencia social por medio de sistemas de reputación y desarrolla y fortalece los lazos sociales.
Un chisme mal intencionado, genera sensibles cambios en el organismo, como el movimiento respiratorio, incremento de la velocidad de la actividad cardíaca y conductividad cutánea, que, a su vez, refleja la hiperactividad de las glándulas sudoríparas. Esto en respuesta a la liberación de adrenalina, dopamina y vasopresina.
Entre más chisme, mayor respuesta de oxitocina, disminuyendo paulatinamente los niveles de cortisol, por lo que es el chisme, tiene datos de adhesión social y regulación negativa para la ansiedad. Los niveles de dopamina, inducen la sensación de placer, y estos son mayores cuando el sujeto que se entera del chisme, puede disfrutar de la desgracia o vulnerabilidad de otro (3).
¿Qué busca el cerebro en un chisme? Validar información; recopilación de objetividad; construcción de relaciones; protección; disfrute social y, por último, influencia negativa.
Por cierto. Las personalidades narcisistas son las más chismosas, pero en especial en el ambiente social hay más nodos de distorsión con un gran poder de manipulación, pues las neurociencias indican que, un chisme repetido constantemente, se le brinda mayor veracidad, es decir, un chisme repetido lo hace más creíble.
Le envío mi cordial saludo.
Galdino Rubio Bordes. garubo58@gmail.com

FUENTES DE INFORMACIÓN.
1. https://www.medigraphic.com/cgibin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=78405#:~:text=El%20circuito%20de%20recompensa%20desempe%C3%B1a,en%20la%20repetici%C3%B3n%20de%20una .
2. www.drugabuse.gov.
3. Eduardo Calixto, neurofisiólogo, Médico cirujano con Maestría y Doctorado en neurociencias por la UNAM. Post Doctorado en Fisiología Cerebral en la Universidad de Pittsburgh, PA, EUA (TW: @ecalixto).