Este martes, se cumplen tres años de la explosión de una toma clandestina en un ducto de Pemex en Tlahuelilpan, «la peor  tragedia en la historia de Hidalgo» que dejó 137 personas sin vida, 13 sobrevivientes y a todo el estado y el país conmocionado.

A tres años del sinestro, familiares, vecinos, pobladores y sobrevivientes se reunieron en la denominada zona cero para honrar la memoria de quienes se convirtieron en víctimas del «huachicol».

Aquel 18 de enero de 2019,alrededor de las 15:30 horas, autoridades reportaron una fuga de hidrocarburo en el ducto Tuxpan-Tula de Petróleos Mexicanos (Pemex), a la altura de la comunidad de San Primitivo, donde algunos pobladores ya se encontraban en la zona con cubetas y bidones para ordeñar la toma clandestina.

Al lugar arribaron elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, quienes
intentaron disuadir a los habitantes para que abandonaran el lugar, sin embargo, ante la cantidad de personas no puedieron controlar la situación que terminó en tragedia.

Pasadas las 19:00 horas, sucedió la explosión que alcanzó a decenas de personas, algunas murieron al instante, otras se alejaron corriendo del incendio, con quemaduras visibles en sus cuerpos.

La ayuda no se hizo esperar, el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad Meneses, y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, acudieron al lugar para atender el siniestro.

El primer reporte oficial de aquella noche confirmaba un saldo de 20 personas sin vida y 71 con quemaduras de segundo y tercer grado, quienes fueron trasladadas a los hospitales de Cinta Larga, General de Tula, de General Pemex, Clínica de Bojay, IMSS, y clínicas de la Ciudad de México; con el paso de los días el saldo final fue de 137 fallecidos y 13 sobreviventes.

Aprendiendo a vivir con la tragedia

Tlahuelilpan, el lugar donde la tierra se riega, recibió nuevamente a deudos y autoridades este martes, quienes en medio de una ceremonia religiosa nombraron a cada hombre, mujer, y menores de edad que perdieron la vida.

Además, las mausoleos y nichos construidos en el terrero fueron abiertos, limpiados y decorados con flores, alimentos e imágenes de las víctimas.

«Se ha hecho mucho pero falta por hacer», reconoció Abraham Mendoza Zenteno, en representación del gobierno federal, y es que a 36 meses de la explosión, las familias esperan la autorización para la construcción de un Memorial para sus muertos, entre otros compromisos pactados en marzo de 2019.

Tras la eucaristía impartida por el padre Marcelino, Mendoza Zenteno, Rodrigo León Ceron, del gobierno de Hidalgo; y la señora Lupita, en representación de los deudos, montaron una ofrenda y una guardia de honor en la zona cero; posteriormente, algunas familias compartieron alimentos en el lugar.