El mes de febrero se caracteriza por diferentes cosas, pero una de las más significativas, es que el 2 de febrero, en la tradición católica, se celebra el Día de la Candelaria, en donde además de colocar atuendos a los Niños Dios, las personas se reúnen en familia para comer tamales, cuyo platillo, se vende al pormayor en esa fecha.

Ana María Calderón Cibrián, es una mujer que elabora tamales por pedido, y quien desde hace tres años, comenzó con este negocio. Sin embargo, refirió que el platillo no es el tradicional, envuelto en hoja de maíz, sino en hoja de plato, al que denominó es “estilo veracruzano”.

En entrevista, contó a Síntesis Hidalgo que la idea de su negocio surgió a raíz de la pandemia, donde un día, junto con su familia, decidieron realizarlos para consumo personal y coincidieron que tenían un “sabor único”, por lo que de mano, emprendieron la venta de tamales.

De igual forma, Ana María, confesó que el negocio de la comida siempre ha sido de su agrado, y desde hace 15 años, sus padres se dedicaban a esto, pero por problemas de salud, lo dejaron, y hace algunos años, ella retomó la tradición.

“A través de redes sociales me promociono, yo creo que uno de mis éxitos, es que en esta pandemia, los tamales los entrego a domicilio, hecho que busca la mayoría de personas para no tener que salir a la calle”, expresó Calderón Cibrián.

Asimismo, comentó que los tamales los entrega los días jueves, viernes, sábados y domingos, y que estos los elabora de acuerdo con los pedidos que tenga en la semana. “Calculo que aproximadamente vendo 600 tamales cada ocho días”.

Sin embargo, indicó que estos igual los realiza por pedidos especiales como tornabodas o fiestas en general, y acorde a su experiencia, los meses más en donde las ventas crecen son de septiembre a diciembre, específicamente en las posadas, cuando las personas se reúnen para celebrar.

“De mi labor, disfruto todo, desde cocinar los tamales, hasta los comentarios que me hacen las personas. Porque sí les gustan y mucho, además, definiría su sabor como auténtico”, agregó Ana María.

Y finalizó: “esto igual hace que las familias se unan, que se sienten a cenar juntos, que disfruten el momento familiar. Es una tradición que se ha conservado mucho, yo siento que sigue yendo para arriba”.