Aunque la actividad de bordar por muchos años ha sido considerada una labor más artesanal que artística, así como doméstica, y en su mayoría es practicada por mujeres, para Roxana también se ha convertido en una forma de protestar en favor de los derechos de este grupo de la población.

Roxana Judith Mancilla Hernández, es una joven que desde hace dos años comenzó a realizar «bordado político», cuya acción corresponde a plasmar en tela, mensajes de protesta en contra de las opresiones que viven las mujeres todos los días.

Ella contó que su aprendizaje lo obtuvo de sus abuelas, quienes le enseñaron a bordar por una simple razón: tratar de que se mantuviera quieta cuando era niña, de ahí que su primer sentimiento hacia esta actividad fue el odio, «no me gustaba hacerlo», dijo.

Sin embargo, cuando ingresó a la secundaria, como parte de un proyecto escolar, le pidieron realizar una artesanía y ella pensó que podía bordar un mantel de tres metros, y aunque sí lo hizo, el disgusto hacia esto continuó, pues se trató de un trabajo muy laborioso.

«En la universidad lo retomé como una práctica para calmar mi mente, así como para ayudarme a controlar el estrés, aprendí la puntada de tenango también y antes de egresar, descubrí el bordado político y de ahí me interesé en él», expresó la joven bordadora.

Roxana contó que su interés por este modo de expresión, también surgió de cuando conoció al grupo de «morras chidas rotulando», quienes de igual forma se dedican a esto. «Se me ocurrió mandarles un mensaje para ver si existía la posibilidad de una colaboración y de ahí todo se dio», señaló.

Ante dicha forma de manifestarse, Mancilla Hernández refirió: «colectivizar el arte del bordado es una forma de protesta política y también de apoyo a las personas que nos dedicamos a este tipo de actividades, pues generalmente nuestras creaciones no se venden como arte, sino como artesanías y eso también es una forma de violencia económica».

A lo largo de estos dos años, Roxana Judith ha realizado más de 15 bordados políticos, y fue durante la primera semana de marzo cuando impartió su primer taller en la materia, en donde logró contar el objetivo de esta actividad, que forma parte también de los quehaceres del movimiento feminista.

«Para mí fue muy gratificante, porque pese a que muchas de las participantes, aparte de bordadoras, también son feministas, no conocían de esta forma de protestar», comentó Roxana Mancilla.

Finalmente, agregó que aunque la manifestación es su principal propósito en lo que hace, a través de su emprendimiento «Bordaditos de Menta», también realiza puntadas más ornamentales.