“La civilización no dura porque a los hombres sólo les interesan los resultados de la misma: los anestésicos, los automóviles, la radio. Pero nada de lo que da la civilización, es el fruto natural de un árbol endémico. Todo es resultado de un esfuerzo. Sólo se aguanta una civilización si muchos aportan su colaboración al esfuerzo. Si todos prefieren gozar el fruto, la civilización se hunde”.

José Ortega y Gasset”.

“Es imposible fundar una civilización sobre el miedo, el odio y la crueldad. No perduraría”
George Orwell.

“Todo ser humano civilizado, por alto que sea su desarrolló consciente, sigue siendo un hombre arcaico en los niveles más profundos de su psique”.
Carl Gustav Jung.

El concepto de civilización procede del vocablo latino “civitas” o “ciudad”, razón por la que en varias ocasiones se refiere a sociedades urbanas, lo que aparta o separa a los pueblos nómadas, que evidentemente no conservan un asentamiento permanente.
Como lo único cierto y permanente en la humanidad, es el cambio, pues también el concepto de civilización ha cambiado varias veces a lo largo de la historia, de manera que actualmente se aplica de diferentes formas. Asi, por ejemplo, describe sociedad con un alto nivel de desarrollo cultural y tecnológico, encontrando que existen personas que considera a mucha gente como en una sociedad menos avanzada (https://www.worldhistory.org/trans/es/110175/civilizacion/#:~:text=Etimol%C3%B3gicamente%2C%20la%20palabra%20civilizaci%C3%B3n%20est%C3%A1,urbanos%20o%20que%20no%20tienen)

Derivado de lo anterior, la civilización se reconoce como el grupo de costumbres, conocimientos, artes e instituciones que constituyen las formas de vida de una sociedad humana.

En este sentido, las civilizaciones son sociedades que han alcanzado un alto grado de complejidad en sus formas de organización, sus instituciones, su estructura social y sus relaciones económicas; que están dotadas de un sistema político, administrativo y jurídico, y que han desarrollado el conocimiento científico y tecnológico, así como el arte y la cultura.

De allí que, se considere que el concepto de civilización implique, necesariamente, la presencia de cultura, y pueda considerarse, en muchos casos, como su sinónimo, es decir, el conjunto de creencias, valores, costumbres, tradiciones, manifestaciones artísticas, instituciones, etc., que caracterizan a una sociedad (https://www.significados.com/civilizacion/)

La civilización puede ser entendida con el sinónimo de progreso, avance o desarrollo.

No obstante, los avances científicos, el desarrollo industrial, la inmensa cantidad de leyes existentes, pareciera ser que son insuficientes, pues percibimos que, actualmente, somos una civilización en decadencia, degradada. Somos testigos de la guerra, el hambre, la pobreza, la marginación, enfermedades que afectan amplios núcleos sociales, gobiernos dirigidos por tiranos o dictadores, a la zas ignorantes, pero que no les tiembla la mano para someter y castigar al pueblo que representan.

Surge la reflexión para esta ocasión ¿en verdad somos civilizados, es decir, cultos?
Para alcanzar este objetivo resulta necesario que la propia sociedad fundamente el cumplimiento de sus responsabilidades, en las buenas costumbres, lo que significa, tener valores, cuidarlos y fomentarlos.

Los valores los empezamos a conocer desde nuestra infancia y en el entorno de nuestro hogar con la familia. Conversemos sobre ellos.

De entrada, digamos que no todo da igual. No es lo mismo ser solidario que no serlo. No es lo mismo ser fiel que infiel. No es lo mismo la bondad que la falta de bondad. No es lo mismo respetar que no ser respetado. No es lo mismo la gratitud que la ingratitud. No es lo mismo la responsabilidad que la irresponsabilidad. No es lo mismo la sinceridad que la falsedad. Las cosas no valen todas igual. Las cosas tienen cada una su propio peso. Cada cosa es portadora de valores y hay que descubrirlos.

Las casas se construyen con ladrillos, los hogares con valores, como el amor, la integridad, la lealtad, solidaridad, apoyo, comunicación, comprensión…

Los valores dignifican y acompañan la existencia de cualquier ser humano.
El hombre podrá apreciarlos, si es educado en ellos. Y educar en los valores es lo mismo que educar moralmente, pues serán los valores los que enseñan al individuo a comportarse como hombre, como persona. «Jamás el ser humano, debe olvidar, ser humano».

¿Con qué descubrimos los valores y con qué los ponemos en práctica?

El hombre tiene dos facultades superiores muy nobles: la inteligencia y la voluntad.

Gracias a la inteligencia él sabe que puede comportarse sensatamente y guiarse no por el capricho, sino por lo que la razón le hace entender que es bueno. Con la inteligencia puede sopesar las cosas.

Con la voluntad libre: rompe su indiferencia frente a las cosas y decide lo que aquí y ahora vale más para él y elige. Y al elegir, jerarquiza las cosas y se compromete con lo que elige. Al hacer esto, forma en sí, ACTITUDES que pronto se convertirán en hábitos operativos. Si lo que ha elegido es bueno y le perfecciona, entonces llega a la VIRTUD, que es la disposición permanente a comprometerse como hombre, a hacerse más hombre, en el sentido del ser humano.

Eso es lo deseable, habrá entonces que hacerlo posible. Una sociedad culta, puede vivir en paz y con armonía, desarrollándose con mejores y más altos niveles de bienestar.
Sin embargo, una sociedad donde lo que crece es la violencia, la indiferencia a ella, un espacio donde día con día, en los noticieros y las redes sociales, observamos con espanto, la cantidad de muertos que no para y que al parecer tampoco hay la intención de hacerlo, pues el crecimiento exponencial del crimen organizado, se observa es potente y crece rápido.

Entonces ¿Hacia dónde vamos con una sociedad así?, y lo más preocupante, a dónde vamos con un gobierno incapaz de hacer algo para garantizarnos la paz y la vida armónica, libre y sin temores. Un valor colectivo, por así decirlo, es la ética política, misma que, ha dejado un poso de enorme desconfianza hacia los políticos, de descrédito de la cosa pública, de cansancio y agotamiento social, de una actividad, la política, imprescindible para la convivencia y la organización social.

Por cierto. En la pasada semana en que los transportistas tomaron las carreteras de varios puntos estatales, su líder nacional expresó que día a día, son asesinados, en promedio 5 conductores de los camiones o tráileres, que transportan una gran diversidad de productos. Esto simplemente, equivale a, tal vez, 5 viudas o un número indeterminado de huérfanos. O madres y padres con la pena de perder a sus hijos.

En verdad, cierto es que, no le corresponde al gobierno, educar con valores a nuestros hijos y toca a nosotros, ciudadanos comunes, comportarnos con civilidad, pero sí le toca a nuestro gobierno, en sus tres niveles de acción, cumplir la ley que juraron defender y demostrar un mínimo de valores éticos, políticos y sociales.
Reciban mi cordial saludo.

Galdino Rubio Bordes spgrb19@gmail.com