“Nuestra muerte ilumina nuestra vida. Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo nuestra vida”. Estas sabias palabras están impresas en la obra: El laberinto de la soledad del insigne poeta, ensayista, intelectual; diplomático y Premio Nobel de Literatura. De nombre Octavio Paz Lozano. Ilustre personaje a quien aun muerto se le reconoce por sus destacadas obras literarias, hombre de compromiso con la historia y con la sociedad de su tiempo. Su muerte tiene sentido porque le dio sentido a su vida. Tiene sentido, porque con sonoras palabras describió la forma de ser, pensar y sentir del mexicano.
En líneas posteriores de esta magna obra publicado en 1950 suelta: “La muerte es intransferible, como la vida. Si no morimos como vivimos es porque realmente no fue nuestra vida que vivimos: no nos pertenece la mala suerte que nos mata. Dime cómo mueres y te diré quién eres”. Octavio Paz vivió una vida plena de trabajo literario, escribió también artículos de fondo en algunos con tinte histórico, político; fue agudo observador del sistema político mexicano y critico político.
Simpatizante a la ideología de izquierda, más no del sistema socialista, distinguido por sus firmes convicciones, fue congruente desde su juventud al ser invitado para participar a desplazar el fascismo, participó en la Guerra civil en España. Fue revisor del periódico El popular, periódico del Partido Popular partido creado por Vicente Lombardo Toledano.
Octavio Paz inicia su producción intelectual siendo alumno de la Escuela Nacional Preparatoria con sede en el antiguo Colegio de San Ildefonso fundado en 1867 por Gabino Barreda, con programas de estudio basados en teoría filosófica positivista. Su agilidad mental le permite a que tan solo con 17 años funda Baranda en comunión con Rafael López Malo, Arnulfo Martínez Lavalle y Salvador Toscano. Teniendo como profesores a: Alejandro Gómez Arias, pilar fundamental para el logro de la Autonomía de la Universidad para ser Universidad Nacional Autónoma de México, Antonio Díaz Soto y Gama, reconocido Zapatista y el poeta Carlos Pellicer.
De la misma manera como alumno de la Escuela Nacional Preparatoria, en su corto tiempo, continua con Taller, El Hijo Pródigo, a mediados de la década de los 50s colabora en la Revista Mexicana de Literatura donde también escriben escritores de reconocimiento internacional, entre ellos: Jorge Luis Borges, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Milán Kundera.
Renunció como embajador de México en la India ante los fatales días del mes de octubre de 1968, ya libre de responsabilidades de la diplomacia, funda en 1971 la revista Plural publicado por el Excélsior y años después funda Revista Vuelta, en estos dos últimos, medios informativos ya colaboran escritores de otros países, con mira de influir y despertar conciencias a través ensayos y artículos de fondo.
Las Cenizas de Octavio Paz fue vuelto al Colegio de San Ildefonso el pasado 31 de marzo al cumplir 108 años de su nacimiento, en la ceremonia el Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México; Enrique Luis Graue Wiechers, expreso las emotivas palabras: “Resguardaremos las cenizas de este ilustre mexicano, como símbolo de su presencia permanente para que, a lo largo y ancho de esta galería y patios, se mantenga como fuente de inspiración para las nuevas generaciones”
Octavio Paz tuvo especial agradecimiento al Colegio de San Idelfonso escribió la emotiva pieza poética: Nocturno a San Ildefonso, eh aquí un fragmento: “Calles vacías, luces tuertas. / el espectro de un perro. /Busca en la basura/ un hueso fantasma /Patio de vecindad y en su mitote. / México, hacia 1931. Más adelante agrega: “La historia es el camino:/no va a ninguna parte, / todos la caminamos, /La verdad es caminarlo. /No vamos ni venimos: Estamos en las manos del tiempo:”
Enrique Graue como es más conocido, el Rector de la Máxima Casa de Estudios, enfatizó la estancia del adolescente preparatoriano en San Ildefonso: Octavio Paz al habitar nuevamente en este espacio cultural de la UNAM. “Qué bueno que hoy sus restos, sus polvos, descansen aquí, junto con ellos de Marie Jo. Juntos están aquí esos polvos enamorados” Además, él enamorados de la literatura
Guillermo Sheridan Prieto, periodista, escritor, crítico literario; académico y asiduo colaborador por varios años y amigo de Octavio Paz. Por compromiso mora había recibido la encomienda de crear una fundación que resguardará las obras del notable poeta. En acato a la petición se desempeñó por sutil gestor ante varias instancias educativas, culturales y en conjunción con integrantes del Colegio Nacional para que al fin se logra el resguardo del legado literario de Octavio Paz.
La riqueza literaria ya está en el histórico y emblemático Colegio de San Ildefonso para que no sólo sea lugar donde sea exhibido sus libros, sino también para que otros jóvenes se destaquen en la poesía. Así como el Novel de la Literatura mexicano al matricularse en la Escuela Preparatoria escribió: “me encontré frente a un muro y en el muro un letrero: Aquí empieza mi futuro”