Durante la administración de Omar Fayad se comercializaron artesanías a través de las tiendas “Somos Hidalgo”, dependientes de la Secretaría de Cultura estatal, aún y cuando dicha instancia no tiene facultades para realizar la venta de productos; el caso ya está en manos de la Contraloría, la cual determinará si existen responsabilidades administrativas.

Así lo dio a conocer Tania Meza Escorza, titular de Cultura Hidalgo, quien catalogó el asunto como el “más espinoso” que encontraron durante el proceso de entrega-recepción de la Secretaría, pues explicó que se “cruzó la línea” ya que la dependencia a su cargo no puede atender la comercialización artesanal, dicha tarea recae en la Subsecretaría de Fomento Artesanal de la Secretaría de Bienestar e Inclusión Social.

“Lo que a nosotros nos toca, en el tema artesanal, es la preservación del patrimonio, la documentación, la catalogación; pero no está en nuestras funciones ayudarles a los artesanos a comercializar. Tenemos un mal antecedente con la administración anterior, que está siendo investigado, donde se traspasó esa línea”, reveló.

La funcionaria detalló que, al comienzo de la entrega-recepción, detectaron que Cultura vendía artesanías a través de cinco tiendas “Somos Hidalgo”, ubicadas en Ixmiquilpan, Pachuca, Tula, Santiago de Anaya y Zempoala; además, también contaba con un almacén.

En consecuencia, solicitaron a su antecesora cerrar dichos espacios por inventario y, al inicio del actual gobierno, decidieron no reabrir los establecimientos e integrar un expediente para entregar a la Contraloría, pues consideraron que debía ser analizado el caso.

“Ahora, lo que está haciendo la Contraloría es ir tienda por tienda en el estado, buscando a los artesanos, devolviéndoles sus pieza. (…) Nosotros entregamos lo que encontramos y la Contraloría determinará si se investiga o no, quién tiene responsabilidad o no”, aclaró.

Finalmente, Meza Escorza indicó que Cultura Hidalgo también realizó mesas de diálogo con las y los artesanos para informar por qué se cerraron las tiendas y para enfatizar que la dependencia no puede darles el respaldo para la comercialización, porque no está facultada para  ello.