De la biología a la artesanía, así fue por azares del destino, como Magali Árcega Angulo descubrió su talento en la pintura artesanal de sombreros, que le ha abierto un nuevo mundo, a la par de su pasión que es la biología, al cual con sus creaciones le proyecta su estilo y le imprime con su sello, color y vida a sus diseños.

Magali Árcega, originaria de Pachuca, comparte que es bióloga de profesión, señalando que ella ha dado clases en preparatorias, preparando gente para el Ceneval, “me gusta explicar lo que a mí me apasiona, a personas que tenían que entender algunas cosas para poder crecer estudiantilmente”.

Después de algún tiempo dando clases, se vio en la necesidad de dejar sus trabajos, pues por cuestiones personales, emprendió un viaje largo y se radicó en Santiago de Chile por medio año, estancia que también tuvo un paso por Argentina, “allá conocí mucha gente, me traje gente muy querida”.

A su regreso al país, decide acompañar a su mamá en los cursos que tomaba, “como regresé y no estaba laborando, me decía, acompáñame a aprender a bordar, acompáñame a aprender a pintar, a tejer, y así para no estar sentada, también yo le entraba a las clases”.

“Cuando yo llegué a las clases de la pintura, mi reacción fue de ¿dónde estaba esto? Fue en un curso en El Chacón, yo llegué sin tener habilidades de dibujo, no sabía hacer un círculo bien, yo hacía un circulo y me salía un cuadrado”, bromea, mientras refiere que se sintió atraída a la pintura y comenzó a perfeccionar sus técnicas.

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Aunque principalmente la biología es su pasión, Magali considera que se ha visto inmersa en la pintura, ya que la absorbe y comenzó a adquirir técnicas propias, porque sus trabajos le requieren su absoluta atención, ya que se exige bastante como artesana, “tiene que ser un muy buen trabajo, ya que se está ofreciendo al público, y por ende tiene que ser un buen trabajo”.

Recuerda que en su aprendizaje, le daban sombreros para seguir trazos que ya le marcaban, y de pronto sus trabajos llamaban la atención de los demás, que querían adquirírselos, “y hacía otro y se vendía, y hacía otro y se vendía, y me dije ‘no está mal’”.

Sin embargo, llegó el momento en que decidió dejar patrones, porque quería hacer algo diferente, “porque finalmente no se estaba expresando mi estilo, así que fue el momento que dije, quiero un sombrero en blanco, vamos a ver qué sale, y ¡pum! se abrió mi capacidad creativa, y es lo que ofrecemos”.

Reconoce que hay más artesanas pintando en sombreros, pero cada una le busca inyectar su estilo, “ahora te aseguro que ya ven mis sombreros, y saben que son de Kät’y”.

Magali reconoce que enfrentar el sombrero en blanco, a instancias de su maestra, fue trazar un perro xoloscuintle, “yo trabajo mucho con sombras, con luces, entonces sí se ve diferente el diseño”.

Comenta que esos sombreros subía sus fotos a su whatsapp y de ahí sus contactos le solicitaban adquirirlos, “y así empecé a soltar la mano”.

Superando el año como artesana, comenta que le ha ido muy bien y se le han abierto puertas que la han conectado con la pintura, “me ayuda a conectarme conmigo misma, es un momento que es tuyo y en el que todas las emociones que uno tiene, buenas, malas, de amor y amistad se proyectan en un sombrero, es increíble”.

Reconoce que también le solicitan diseños a petición, como los tenangos, aunque advierte que será un tenango diferente, pues en su pintura se pueden ver pavorreales, jirafas, camellos, gallos, aves y cuanto su imaginación le impulsa a seguir creando.

“Cuando se acercan a esta marca, por lo general me dicen que esto es diferente, luego se lo prueban y a la mejor quieren algún retoque o algo adicional, y como yo soy la pintora, yo lo puedo modificar”.

No obstante, el 95 por ciento de sus compradores no le piden modificaciones y rara vez se las solicitan, a sus modelos de sombrero bien presentados, cuyos precios dependen del diseño, de la cantidad de pintura y del tiempo que les ha invertido, pudiendo costar desde 350 hasta 550 sus creaciones.

Kät’y es su marca, que tuvo la oportunidad de estar en el pabellón artesanal de la feria y cuyos diseños pueden encontrar en Instagram en kati_tenangoypintura o bien en @Katitenangoypintura, donde pueden contactar para adquirir sus espectaculares diseños en sombreros.

Magali tiene la satisfacción de que las personas que ven su material le felicitan y le encomian su trabajo, “esos son los aplausos para nosotros los artesanos”, y añade, además usar un sombrero no sólo es para traer un accesorio bonito, también tienen una utilidad práctica, ya que debemos protegernos del sol”.