Tehuacán. Integrantes del Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ), marcharon por las principales calles de esta ciudad para externar su rechazo total al Proyecto Hidroeléctrico Coyolapa 24 MW que se pretende imponer en la Sierra Negra por parte del Grupo Ferro Minero.
“No a los megaproyectos en la Sierra Negra”, consignaban las mantas portadas por los aproximadamente 200 manifestantes procedentes de Coyomeapan, Zoquitlán, Eloxochitlán y otros municipios poblanos y veracruzanos, quienes de poniente a oriente se dirigieron al zócalo de Tehuacán.
En el trayecto exigieron la cancelación definitiva de la obra debido a que no cumple con los estándares internacionales en materia de derechos indígenas y violenta el convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al igual que la Ley General de Equilibrio Ecológico y de Protección al Ambiente y otras leyes.
Más que por la contaminación, el rechazo es contra de la privatización de los ríos y de las aguas nacionales, refirió Misael Velásquez Tadeo, integrante de la referida agrupación.
Agregó que Coyolapa, Pozotitla, Oztopulco, Tepexilotla, Tepequexpan, Xonotipa, Witzmaloc, Coxolico, Tepeyac, pertenecientes a los municipios de Zoquitlán, Coyomeapan, San Miguel Eloxochitlán y Tlacotepec de Porfirio Díaz, serán algunas comunidades del lado de Puebla que se verán perjudicadas, esto, sin contar a otros de Veracruz, en donde ya ha surgido el malestar ante la afectación que podría causar principalmente en los cultivos de café.
El proyecto, se mencionó, contempla más de seis obras locales, una cortina de más de 600 metros de altura con longitud superior a los 120 metros y espesor de 18 metros, que inundará unas 400 hectáreas de tierra y conectará con 18 torres eléctricas que permitirán que desde cualquier parte la minera haga uso de esa energía, cuya producción aún no se hace del dominio público.
Pozotitla, de casi 100 habitantes, será la primera población en desaparecer, vaticinaron los inconformes e indicaron que se provocarán daños irreversibles a los ríos Coyolapa y Huitzila que hoy se encuentran totalmente limpios.
