Julio resultará ser un mes muy importante para Venezuela, pues además de que este miércoles 5 de julio celebra su independencia, se convocará a un referéndum no oficial contra el presidente, Nicolás Maduro y a una Asamblea Nacional Constituyente, para cambiar la Constitución de 1999, hecha y aprobada por el ex mandatario, Hugo Chávez.
La Maestra Nora Arroyo Carrasco, Directora de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), durante un análisis sobre el conflicto diplomático entre México y Venezuela, indició que lo primero que hay que tener en cuenta sobre Venezuela, es que es un país que pasa por diversas situaciones.
Éstas, derivadas de una crisis política, económica, social y, se atreve a afirmar, hasta militar. Que es un país que tiene las mayores reservas probadas de petróleo a nivel mundial, pero que por ser petróleo pesado, no es de los más demandados del mundo porque requiere varios procesos de refinación, por ello no da el ingreso económico suficiente al país.
Aunado a que se vive una “corrupción rampante al interior de PDVSA (Petróleos de Venzuela S.A.) y por otra parte, muchas de las empresas de petróleo que Venezuela tiene, han estado teniendo problemas porque no tiene las refacciones para algunas partes de su industria, y que tampoco pueden comprar porque tampoco hay dólares”.
Adelantó que en el marco de la conmemoración de la Independencia de Venezuela, declarada el 5 de julio de 1811, habrá marchas por parte de la oposición, que el 16 de julio la misma oposición está convocando a un referéndum, “esta noticia es nueva, no sabemos si van a lograr hacerlo, porque requiere de dinero, toda una logística que en 15 días, desde mi punto de vista, parece difícil poner en marcha, más no imposible”.
Y el 30 de julio se ha convocado a elecciones para una nueva Asamblea Nacional Constituyente con particularidades muy específicas y con el objetivo de cambiar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela del 20 de diciembre de 1999, que fue aprobada y hecha por el entonces mandatario, Hugo Chávez.