Desde hace 15 años que soy nutrióloga, la principal razón por la que los pacientes me solicitan una consulta “es porque quieren una dieta para bajar de peso” y entonces yo les digo que “yo no hago dietas, no creo en las dietas”.
Generalmente se entiende por dieta algo como: restricción, castigo, dejar de comer, comer muy poco, morirse de hambre, etc. Además, he aprendido que la mayoría de las veces cuando una persona piensa en “hacer dieta”, piensa en algo que se hará por un periodo de tiempo hasta que consiga bajar el peso que desea, y una vez que eso suceda regrese a comer como acostumbra.
Es debido a lo anterior que “hacer dieta” no funciona, dejar de comer por un periodo de tiempo, ya sea corto o largo y centrar el objetivo de esta supresión en la pérdida de peso, siempre traerá como consecuencia un rebote.
Lo que funciona es lo que yo llamo “quitarle peso al peso”, es decir, acompañar y orientar a los pacientes para que su objetivo no esté enfocado en perder peso, sino para que se concentren en aprender, aprehender e implementar estrategias – adaptadas a cada persona y previamente acordadas con la nutrióloga– que le permitan modificar la manera de comer y adquirir otros hábitos saludables, como por ejemplo: iniciar alguna rutina sencilla de ejercicio u organizar horarios.
Lo más importante de este proceso es que se pueden implementar paulatinamente cambios pequeños, pero permanentes, los cuales de manera definitiva, se verán reflejados en cambios de la composición corporal, pero en función de la disminución del porcentaje de grasa y no únicamente de la pérdida total de peso, misma que incluso podría implicar una pérdida de masa muscular, lo cual se consideraría como un fracaso en el tratamiento.
También se obtienen resultados positivos en marcadores bioquímicos como niveles de colesterol, triglicéridos, glucosa, y algunos indicadores clínicos como sensación de tener más energía, mejor ánimo, ganas de hacer las cosas y bienestar general.
En conclusión, de lo que se trata es de poner la atención en los hábitos de alimentación y en el estilo de vida, no en el peso.
La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.
Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com
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