Aunque lo nieguen y renieguen, y aunque aparezcan semana a semana juntos en las fotografías de los diarios locales, incluso en algunas de portada, los líderes de Morena en Puebla andan de la greña.

Así es.

Se están dando con todo  y a fregadazo limpio.

Y la manzana de la discordia no es otra que la repartición de las candidaturas para 2018.

Ni uno, ni otro se quiere quedar fuera.

Las candidaturas al gobierno estatal y municipal son las más codiciadas.

El senador Luis Miguel Barbosa Huerta, por su parte, jura y perjura -en público y en privado- que no va a permitir que la candidatura a la gubernatura se la den a otro que no sea él.

Disque porque la negoció con Andrés Manuel López Obrador (AMLO) personalmente.

Y que su pronunciamiento a favor de Alejandro Armenta Mier y Rodrigo Abdala Dartigues, para las candidaturas al gobierno estatal y municipal, respectivamente, sólo fue parte de su estrategia.

Estrategia que dejó ver al momento de anunciar que siempre sí, que sí buscará ser el candidato al gobierno por Morena.

Tal vez por ello tenga operando en todo el interior del estado, donde el PRD tiene presencia particularmente, a Eric Cotoñeto Carmona, su fiel esbirro y leal escudero.

Barbosa está decidido a pelear hasta el último momento  la nominación de candidato.

Para ello ya habló con los mandones y mandonas de Morena.

Y, según él, con el propio peje.

Sin embargo, lo mismo hace el presidente municipal de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa, quien parece ser el aspirante a la candidatura más importante del partido del peje por asumir una actitud más serena e inteligente.

Y es que el JJ, como se le conoce, no pierde tiempo para visitar el interior del estado, hacerse presente y ofrecer a los ciudadanos sus gestiones como un servidor público que tiene la única intención de mejorar las cosas en Puebla.

El edil camina seguro, y aunque sigiloso, con paso firme.

Está afianzado y amarrado al proyecto de AMLO, con quien trata de mantener comunicación constante.

Mientras tanto, Alejandro Armenta Mier, diputado federal de Morena, sigue haciendo su luchita y sigue trabajando.

Por cierto que su gente se ha encargado prácticamente de la comunicación de Morena y de sus liderazgos.

Y es que los colaboradores de Armenta son los que organizan y convocan a las conferencias de prensa del partido y de sus liderazgos.

Se anotó buen punto Armenta.

Empero, quien anda muy nervioso, preocupado y aguerrido es el dirigente estatal de Morena en Puebla, Gabriel Briesto Medinilla.

Porque el discípulo de Andrés Manuel tampoco se va a quedar observando como los nuevos liderazgos del Movimiento de Regeneración Nacional hacen un banquete de las candidaturas.

Así que Morena ya también tiene su crisis interna.

Lo malo para ellos es que la ventaja que pudieran tener en Puebla la están echando por la borda sólo por su ambición política y económica.

¿Hasta cuándo lo seguirá tolerando AMLO?

¿Pues no qué en Morena no hay grillas, todo es amor, felicidad y democracia?

Bien dicen que a cada capillita le llega su fiestecita.

Ahora ya no sólo en el PRI, en el PAN y en el PRD hay problemas internos y una crisis de liderazgos.

También en Morena se cuecen habas.

A ver si no le sucede lo mismo que al PRD cuando intentaba renovarse.

Y eso que el proceso electoral del 2018 todavía ni arranca.

A ver si los operadores de Morena en Puebla no acaban por desgraciar las posibilidades presidenciales del peje.

Ya lo veremos.

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En twitter: @poncharelazo

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