¿Qué debe pasar al interior de una estructura municipal para que después de 9 años escuchen a los ciudadanos en solicitudes tan básicas?

Existen poblanos que desde la administración de Blanca Alcalá y pasando por la de Eduardo Rivera no han recibido sus escrituras y sin ellas ni los oficios catastrales pueden construir.

Se habla que aquí hay dos afectados: por un lado quienes han invertido en estos lotes y por el otro quienes son los propietarios originales que no pueden venderlos.

La historia se resume de forma sencilla. Se solicitó a la entonces alcaldesa Blanca Alcalá que permitiera iniciar los trámites para poder fraccionar unos terrenos que se ubican en la zona de Chapulco, sobre la 115 C oriente, adelante del periférico. Fiel a su estilo, la priista pidió algo a cambio para «beneficio de la sociedad». Entonces los propietarios le señalaron que tenían unos terrenos vecinales al rastro municipal, por lo que si ella consideraba viable, tenían toda la voluntad de donarlos al municipio para ampliar.

El traspaso de derechos se hizo, pero la validación para la escrituración de Rincón de Chapulco no.

So pretexto de que el trienio culminaba, se heredó dicha problemática a la administración de Eduardo Rivera. La corrupción y burocracia no lo permitieron, digamos que no les llegaron al precio por hacer su trabajo. Incluso modificaron el código reglamentario para hacerlo más difícil.
Han pasado 9 años. ¿Se pondrá fin a este conflicto?
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Lo peor es que de la autoridad podemos esperar lo que sea, pero que entre ciudadanos nos metamos el pie, es de verdad lamentable.

Tal es el caso del fraccionamiento residencial La Encomienda de la Noria en el municipio de Puebla

Que ante la falta de una regulación y fiscalización, la «mesas directiva o comité de administración” se ha constituido en verdadero y fraudulento cuarto nivel de gobierno.

Tal cual como si fueran un estado nacional  tienen un poder ejecutivo, un legislativo y un judicial en diminuto: dictan normas,  cobran servicios inexistentes o de porquería a precios exorbitantes, imponen impuestos, imponen multas e incluso en casos extremos llegan a hacer encargos auxiliados por su mano ejecutora que es alguna empresa privada de “seguridad”.

Los vecinos de este fraccionamiento refieren que «hay gente que ya hizo de éste su modo de vida como el caso de la española Carolina Sevilla Barrenecheaque quien se logró colar como tesorera de la ilegal e inexistente mesa y desde ahí con total opacidad y sin rendir cuentas a nadie de los ingresos que tienen por “mantenimiento” hacía y deshacía a su antojo.

Lo curioso es que desde que se dio a conocer esta denuncia, ni la señalada ni la autoridad municipal ha fijado una postura al respecto.
Habrá que ver.

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