No uno, sino decenas de correos electrónicos he recibido  de diversos ciudadanos capacitados en diversas ocasiones  por el extinto Centro Estatal de Desarrollo Municipal (CEDM).

El cual existió durante 30 años, hasta que el ex gobierno lo desapareció con la complicidad pletórica de ignorancia de la cámara de diputados saliente, en la cual los priistas se destacaron por su obediencia e incondicionalidad a la iniciativa  del gobernador en turno.

Una  de las más fuertes es de la autoría del señor Licenciado en Derecho José Manuel Joaquín Rosales Arias. Sea generoso  carísimo lector y léala conmigo:

“Caraxo, no entiendo que les pasa a nuestras universidades públicas y privadas, que no trasmiten la noción de lo que es un pueblo, sus costumbres, sus usos y sus tradiciones; mucho menos su cultura.

El ejecutivo del estado quien tiene a un secretario de gobernación universitario (proveniente del partido de supuesta izquierda), y quien es responsable de la política interna de nuestro estado,  debió prever que todavía en nuestra entidad, existen pueblos, a quienes sociológica y antropológicamente, la urbe les ha ido robando todos sus usos y costumbres”.

Pero hagamos un análisis pequeño y accesible:  en el año  de 1917 se promulga una Ley Agraria de índole social, que tendría como fin Regular la Tenencia de la Tierra del campesinado que había en nuestro México, para cumplir un logro de la revolución que había costado sangre de un millón de nuestros hermanos de raza, y que desde luego, solo algunos fueron participes de dichos beneficios, porque se fragmentaron las haciendas que a nuestros pueblos les había despojado el criollo y el peninsular, acto reivindicador que todavía algunos pueblos no logran tal hazaña.

Hagamos un recorrido por los pueblos de la Mixteca Poblana y diversos municipios morelenses para certificarlo.

Bajo ese esquema socio gráfico, fue que se les da a los pueblos el reconocimiento en la Ley Orgánica Municipal,  para respetar los usos y costumbres y su gobierno interno, el cual es elegido democráticamente, con la anuencia de los ciudadanos más viejos, los cuales generalmente toman las decisiones más trascendentes del pueblo.

Aunque la modernidad va destruyendo costumbres arraigadas, en algunas comunidades todavía se practica el plebiscito como se hacía durante dos mil años en el imperio romano.

Sin embargo con la creación de los partidazos políticos los cuales cobran mucho dinero sólo por participar en elecciones, pues su ideología simplemente es la conveniencia de sus líderes, comienzan a usar a estos ciudadanos  para aprovechar los espacios de esos pueblos usufructuando su ignorancia. Toda vez que la situación social que guardan los tiene desarrollados en el neolítico mexicano, con programas de supuesta ayuda que escasamente es aprovechada.

Aunado a esto la mutilación democrática, pues en lugar de que el elegido como Presidente de la Junta Auxiliar Municipal  sea regidor propietario municipal, con otros cuatro vecinos apenas son reconocidos como: “juntas auxiliares del municipio de…” y que no son autoridades como pretendidamente lo sostiene la reforma estúpida que aprobó el Congreso y por las cuales se les quitó la autoridad interna de sus vecinos, de sus costumbres de sus usos, con franca violación de sus derechos.

¿Acaso de un plumazo es posible romper la esencia que a su favor contempla el artículo 2 inciso A, fracciones I,  II, III, IV, y en especial la fracción VII, así como el último párrafo del artículo 115 Constitucional.

cesarmusalemjop@hotmail.com

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