Atlixco. La música, el color, la alegría de los danzantes al parecer convencieron este domingo al dios Tláloc para que parara las tormentas sobre la ciudad para que se realizará la fiesta chica, el Atlixcayotontli, de esta forma de las 10 a las 13 horas la lluvia ceso y fue así como más de 2 mil asistentes decidieron subir a la plazuela de la danza para presenciar este tradicional encuentro.
Atlixco amaneció sumido en la humedad de que dejó la lluvia durante 24 horas y se temió que eso provocara la suspensión del Atlixcayotontli, pero justo cuando comenzaron a ascender danzantes, autoridades y espectadores por las callejuelas de los Solares hacia la explanada de la danza, Netotiloyan, en el cerro de San Miguel la llovizna se detuvo.
Así entre música de banda de viento, algarabía y flores, las chinas atlixquenses y los charros a pie encabezaron el contingente llenado de magia la mañana. La salida fue, como marca la tradición, desde el parque el Ahuehuete, el recorrido obliga a transitar por lo que antes eran huertas en la colonia Solares, pasando por las clásicas calles empedradas de la colonia Ricardo Treviño hasta llegar a la explanada San Miguel.
Fueron precisamente las Chinas atlixquenses y los charros de a pie los que dieron comienzo a las danzas con el Calabaceado, encendiendo con ello los ánimos de los asistentes. Es preciso señalar que por ser los anfitriones de la fiesta tanto en el Atlixcayotontli, como en el Huey Atlixcáyotl son ellos quienes deben ir primero, debido a que en la fiesta grande de Atlixco ya no se respeta esta tradición en el Atlixcayotontli sí.
El segundo número estuvo a cargo de la región de los volcanes, con la danza de los vaqueros, en tercer lugar de Santa María Nemetzintla, la cuadrilla de príncipes. Un dato importante es que en esta ocasión se logró rescatar a la región del Texno, con el tlaxcalteco.
Los huizos de la colonia Ricardo Treviño esta ciudad, representando a la región del centro no podían faltar además de que es la danza que relata la leyenda sobre la lucha del arcángel San Miguel contra el demonio, que cuentan los abuelos se dio hace muchos cientos de años en las faldas del cerro de San Miguel, batalla que termina cuando el arcángel logra vencer al diablo y lo encadena para encerrarlo por toda la eternidad en la ermita que está en la punta del cerro.
También de la región del centro, se contó con la participación de las solareñas, con la danza del panadero la cual relata el sepelio de una madre y un padre por la muerte de su menor hijo; “se dice que si la madre llorar mucho por el bebé podría mojar sus alas este no podría llegar al cielo. El penúltimo número fueron las moras de San Pedro Benito Juárez, de Atlixco y para cerrar con broche de oro los voladores de Cuetzalan.
Además de los danzantes originales de las cuatro zonas que comprende la región de Atlixco, se tuvo la vista y participación de dos estados, por un lado Michoacán con la danza del pescado blanco y demás Hidalgo que preparo el bailes del Ixtle de la región del Valle del Mezquital y que para sorpresas de los espectadores bailaron además u huapango.
Al respecto Cayuqui Stage Noel, padre de estas fiestas, agradeció la participación y el esfuerzo de los danzantes, pero recordó que no se debe olvidar que el Atlixcáyotontli debe contar solo con danzantes originales de las comunidades que representen y no bailarines de pestaña postiza y plasta de maquillaje.
Apuntó además que para el 2018 será mucho mejor el Atlixcayotontli que estará cumpliendo su primer siglo de vida, pese a que en algunos años dejo de realizarse, para este festejo se están preparando desde ahora los trabajos.
Finalmente el alcalde José Luis Galeazzi Berra, aseguró que se está logrando ubicar en el gusto del público esta fiesta y se dijo confiado de que en poco tiempo realmente los atlixquenses lo sientan suyo, lo promuevan y lo disfruten. Reiteró además que para que siga creciendo se deben unir aún más las fuerzas entre sociedad civil, iniciativa privada y gobierno para que así suceda.
