Son muchos los políticos y actuales funcionarios poblanos los que tendrían que explicar su posible relación o amistad con Othón Bravo Muñoz, mejor conocido como “El cachetes”.

Porque ahora resulta, como hoy sale a la luz, que todo mundo lo conocía pero nadie sabía de su actividad y de sus múltiples y millonarios negocios.

El mismísimo Fernando Manzanilla Prieto, conocido como el cuñado incómodo de Rafael Moreno Valle Rosas (RMV), ex gobernador del estado, ya confesó que también estuvo cerca del presunto delincuente.

Estuvo cerca, sí, pero como todo mundo ahora lo niega también él dice desconocía quién caramba era ese señor.

¿Qué tan creíble serán sus declaraciones?

¿A poco como coordinador de la campaña de RMV no supo los antecedentes y quién era a ciencia cierta ese gran benefactor del morenovallismo?

Insisto, ahora resulta que nadie conocía quién era Othón Bravo cuando se paseaba por sus narices.

Manzanilla, como todos, ya se deslindó del mentado cachetes por aquello de las cochinas dudas.

Podríamos creerle pero tiene tres grandes errores que lo condenan: 1) es político, 2) fue parte del morenovallismo y 3) todo el tiempo -los seis años de gobierno de RMV- enmudeció y se hizo el loco ante tantos supuestos abusos cometidos por parte del ex mandatario y de sus amigos.

¿Cómo creerle ahora a Manzanilla que evidentemente ahora es parte de un proyecto político distinto?

¿Qué tanta verdad tendrán sus palabras?

Lo cierto es que la detención inesperada de Othón Bravo ya salpicó de estiércol a muchos integrantes y ex integrantes del morenovallismo.

Problemas que se siguen agudizando.

Y lo que falta todavía, dicen.

El caso es que a la lista de los amigos, de brother’s, de compas y de cuates de El cachetes ya se sumó Fernando Manzanilla, la ex diputada federal Blanca Jiménez Castillo, además de Jorge Aguilar Chedraui, líder del Congreso del Estado; el senador Javier Lozano Alarcón, RMV, el diputado local panista Sergio Moreno Valle, y todos los que se acumulen en los próximos días.

¿Quién más habrá sido beneficiado y agasajado por el poder de El Cachetes?

¿Hasta dónde llegará esta historia?

¿Cuántos más políticos arrepentidos se van a querer deslindar de Othón Bravo?

Porque hasta ahora sus supuestos “amigos” lo siguen negando.

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Esparza va en caballo de hacienda

Mañana concluye el periodo de campaña del actual proceso electoral que se vive en la BUAP para elegir al nuevo rector por el periodo 2017-202, y el resultado de la elección está prácticamente cantado.

Del resto de los candidatos no hubo quien le hiciera sombra al actual rector y candidato Alfonso Esparza Ortiz.

Ni el bravucón de Paulino Ernesto Arellanes Jiménez, ni el político-universitario Eudoxio Morales Flores, ni mucho menos el grillo de Ricardo Paredes Solorio pudieron entrar en el ánimo de los universitarios.

Ninguno logró reunir a un grupo más o menos nutrido de estudiantes durante su campaña.

Campaña, por cierto, que no se vio por ningún lado.

Y es que lo más que pudieron hacer los aspirantes a la rectoría fue repartir campaña negra en contra de su contrincante Alfonso Esparza.

Descalificativos que, desde luego, rechazaron los estudiantes, académicos y trabajadores de la BUAP.

Desgraciadamente ni Paulino ni Eudoxio ni mucho menos Ricardo Paredes han entendido que en la máxima casa de estudios del estado se viven otros tiempos.

Tiempos de cambio.

Tiempos de crecimiento y desarrollo en los que no caben las grillas, ni los engaños.

Porque durante su campaña, si es que hicieron campaña, los tres se dedicaron a critica, a descalificar y a señalar los supuestos errores de la actual administración.

Sus propuestas para mejorar las cosas en la BUAP nunca se escucharon.

¿Cómo hacer campaña si no tienes clara una estrategia, ni un proyecto, ni un plan educativo completo?

Las candidaturas y sus efectos sólo se negocian en la política.

En la BUAP ya no cabe eso.

Quien tiene la intención de aportar ideas y conocimiento para el beneficio, crecimiento y desarrollo de la BUAP lo hace sin pretexto, ni intercambio.

No se vale querer espantar con el petate del muerto, y menos si se es universitario.

Está claro que el único proyecto serio para la BUAP lo sigue desarrollando Alfonso Esparza.

Por algo el rector y candidato cuenta con el respaldo del gobernador Tony Gali.

Hoy y mañana son los dos últimos días de campaña y el próximo lunes 11 de septiembre es la elección.

Se calcula el avasallante triunfo de Esparza.

Y su trabajo como rector de la BUAP le da la razón.

posdatasintesis@yahoo.com.mx

poncharelazo@yahoo.com.mx

En twitter: @poncharelazo

 

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