Si pensamos que el candidato a gobernador a vencer en Puebla sería única y exclusivamente el postulado por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y el señalado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), parece que nos equivocamos.

Y no porque pudiera surgir un gallo que supere el arrastre del peje, sus números y los efectos que pudiera tener su campaña en el estado.

Más bien porque nunca nadie imaginó que el Frente Amplio Democrático (FAD) aparecería en escena para hacerse realidad.

Quién iba a pensar que el PRD y los revolucionarios políticos de izquierda se unirían con los panistas, con los ultraderechistas, a nivel nacional.

¿Verdad, Doña Socorro Quezada Tiempo?

Sólo a Rafael Moreno Valle Rosas (RMV), ex gobernador del estado, se le ocurrió semejante idea.

Sólo el polémico panista se imaginó poder concretar esa alianza que en 2010 logró en Puebla.

Sin embargo, al final, el tiempo y las circunstancias le dieron la razón.

Lo paradójico de esto es que a pesar de haber cabildeado para poder consumar esa unión partidista se antoja muy difícil que pudiera convertirse en abanderado del FAD en 2018.

Ricardo Anaya Cortés, líder nacional del PAN, digan lo que digan, lleva mano en la puja.

Y lleva mano porque por ahora es el dueño de las canicas con las que los panistas hoy juegan.

Algo así como sucede con Rafael Moreno Valle y el PAN poblano.

El caso es que el “plan A” de RMV, el de ser candidato a presidente de la república, está complicado pero sigue vivo.

El “plan B”, mientras tanto, el de continuar gobernando y mandando en Puebla, camina por mejor rumbo.

Y es que luego de haber logrado la suma de tres partidos en un mismo proyecto ahora lo que sigue es asegurar el triunfo de su grupo en Puebla, por lo que el ajedrez político-electoral en el estado ya se mueve  en ese sentido.

El PAN, como todo mundo sabe, es propiedad del morenovallismo y, como ya dije, así seguirá obtenga o no RMV la candidatura presidencial.

Allí los panistas-yunquistas difícilmente podrán volver a controlar el partido que por años utilizaron como moneda de cambio para ganar dinero y cargos públicos de medio pelo.

Ni el cachorro del Yunque en el estado, el ex edil Eduardo Rivera Pérez, ha podido doblegar del todo al morenovallismo.

Así que el PAN poblano se ve completamente beneficiado con la creación del FAD.

En el caso del PRD, ya sólo es cuestión de tiempo para que su dirigencia nacional, encabezada por Alejandra Barrales Magdaleno, remueva de su cargo a la diputada y líder estatal perredista, Socorro Quezada.

Porque está claro que Doña Coco ha sido una de las enemigas más férreas del morenovallismo y de su propio partido y dirigencia.

La lealtad de Socorro Quezada está, todo mundo lo sabe, con Eric Cotoñeto Carmona, ex dirigente, y con el senador Luis Miguel Barbosa Huerta.

Así que la también legisladora no puede formar parte, definitivamente, del FAD en Puebla.

Nadie de los integrantes del nuevo frente, ni los propios militantes del PRD, le tienen la más mínima confianza.

Parece un hecho que el sol azteca poblano va a ser desmantelado y prácticamente vuelto a fundar para beneficio del FAD.

Así que el más beneficiado con todo esto, hay que decirlo, es el PAN poblano y su próxima candidata o candidato al gobierno para 2018.

La mega alianza que se va a conformar en el estado para los próximos comicios sin duda crece fuerte.

Porque al frente encabezado por el PAN seguro se van a sumar otros partidos como Compromiso por Puebla y en una de esas hasta el Panal, de acuerdo al escenario nacional que se dé con el PRI.

La alianza con la que venció el morenovallismo al PRI en 2010 parece que se va a reeditar.

Por supuesto esta vez está enfrente Morena y su posible candidato, Enrique Cárdenas Sánchez, a quien le está costando mucho trabajo poder convocar y reunir a los poblanos en torno a su figura.

Y es que está visto y más que probado que no sólo con la pura imagen y discurso de AMLO se puede ganar una elección.

El candidato también cuenta y los morenos no lo han entendido.

En el caso de Movimiento Ciudadano, es evidente, Fernando Morales Martínez, el  nuevo dirigente estatal, va con todo para reforzar y hacer ganar al candidato del PAN, y más aún si la abanderada resulta ser la secretaria general, Martha Erika Alonso.

Fernando ya fue dirigente del PRI en Puebla y tiene todas las tablas y el conocimiento  para poder reforzar un partido.

La lucha por Casa Puebla será a muerte, por lo que es necesario que los posibles candidatos de los diferentes partidos se empiecen a perfilar.

Imaginen una elección entre Martha Erika Alonso por el PAN, Enrique Doger Guerrero por el PRI y Enrique Cárdenas por Morena.

Toda una épica batalla electoral.

¡Que nervios, carajo!

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