Tehuacán. En torno a la tragedia provocada por los sismos del mes pasado, el senador Luis Miguel Barbosa Huertapuebla,
señaló que la respuesta de los políticos ha sido equivocada, demagógica y oportunista, en tanto, la reacción de los gobiernos estatales y federal ha sido insuficiente, populista y desorganizada.
“Hemos escuchado un sinnúmero de planteamientos, todos enfocados a ganar simpatías ante la tragedia; propuestas sólo de dientes para fuera, sin ninguna posibilidad ni voluntad para concretarse, el objetivo consiste en sobrevivir en este océano de rechazo a la clase política”, tachó el también vicecoordinador político del Partido del Trabajo (PT) y del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
A través de un comunicado, el legislador originario de la región de Tehuacán, consideró que el gobierno debió haber convocado a toda la sociedad a la construcción de un plan para enfrentar el desastre y no hacer anuncios de proyectos elaborados desde la soledad y soberbia del poder, sin la participación de la gente.
El planteamiento del gobierno, de calcular en 38 mil millones de pesos el monto de la reconstrucción, es totalmente insuficiente y carece de respaldo técnico; pretender asignar 120 mil pesos a quien haya perdido su vivienda, 30 mil pesos para quien tenga que reparar daños estructurales y 5 mil pesos a quien sólo tenga que hacer reparaciones, es una burla que generará una gran protesta social, sostuvo.
Explicó que aún no son previsibles los alcances de lo que como respuesta social surja de los sismos; lo único cierto es que electoralmente se generará una opinión opositora al poder y al estado de cosas, que si no es atraída por una de las opciones opositoras existentes, caerá en el abstencionismo o la anulación del voto.
Agregó que lo que el Congreso debe asegurar es que los partidos políticos no tengan nunca más dinero público para su vida ordinaria y sus campañas, los legisladores deben desde el Presupuesto de Egresos de la Federación , reducir al 50 por ciento el costo del ejercicio del poder, eliminar todo gasto suntuario y suprimir el importe de la propaganda gubernamental, que provoca entre otras cosas el control de los medios de información.
Que se eliminen las odiadas pensiones vitalicias a los ex presidentes y, sobre todo, que se garantice la honradez y transparencia en la ejecución del dinero público en la reconstrucción y se amarre las manos a los gobernadores para que no sigan haciendo negocios con la asignación y ejecución de la obra pública, propuso.