Cerrarle las puertas a Uber sería un retroceso monumental y también debe retornar Cabify, pues “o todos coludos o todos rabones”, siempre y cuando haya protocolos de seguridad para todo el transporte de servicio público o aplicaciones particulares, postuló el especialista en Seguridad de la Red Mexicana de Franquicias, Roberto Esquivel Ruiseco.

Recalcó “es necesario que se regule el servicio, se difunda el padrón de propietarios y choferes, se establezcan protocolos de colocación de personal y pruebas de confianza reales”.

También propuso que el vehículo esté a nombre del propietario cuando se inscribe a Uber y que se garantice que el uso del transporte sea exclusivo para garantizar la seguridad de los usuarios de la aplicación.

“Nos vendieron la seguridad pero no existe tal cual”, dijo.
Evidenció que en torno a los taxis negros, tampoco se ha garantizado la seguridad, pues también han participado en ilícitos, por lo cual planteó como deseable operen botones de pánico o alertamiento temprano y otros esquemas disuasivos para proteger a pasajeros y conductores.

Añadió que a través del botón de alertamiento temprano en el caso de los comercios se ha logrado la detención de siete bandas.

Hay que ver el funcionamiento de los botones, definir dónde se colocan los botones de alerta y homologar el sistema para garantizar su calidad.

Refirió que se tiene que analizar la ley, pues, si se deja solamente en la regulación el tema será competencia de los particulares y las plataformas para obligar a los socios Uber o a los propietarios de taxis y camiones para que instalen los botones.

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