Tehuacán. Tras once años de estar al frente de la diócesis de Tehuacán, Rodrigo Aguilar Martínez, anunció que el próximo 3 de enero tomará posesión como obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

Por instrucciones del Papa Francisco, el todavía jerarca de la iglesia católica local,  explicó que esta diócesis quedará acéfala en espera de la designación de quien lo sucederá en el cargo, proceso que se podría prolongar algunos meses o hasta dos años.

El prelado refirió que dejará una terna de candidatos, sacerdotes u obispos, que podrían suplirlo, pero la decisión final corresponderá a la Santa Sede.

En tal sentido, expresó su agradecimiento a la feligresía de Tehuacán, misma que le acogió amablemente y eso le permitió avanzar en su condición de cristiano-sacerdote-obispo, así también, reconoció y pidió perdón “por sus muchas deficiencias y pecados”.

Agregó que se va con la insatisfacción por las cosas que deja pendientes y por no haber podido manifestar más cariño, ternura y cercanía con todos, debido a su afán por la puntualidad que hizo que descuidara el trato con las personas y, sobre todo, con los indígenas que buscan ser escuchados y acompañados.

Subrayó que Tehuacán es una diócesis joven que empieza a consolidarse en algunos aspectos, por lo cual, tiene la esperanza de un futuro sólido, ya que cuenta con 89 sacerdotes diocesanos y 7 religiosos, a diferencia de San Cristóbal de las Casas que tiene más de 500 años de vida pastoral diocesana.

Precisó que su nombramiento se dio después de que el obispo de San Cristóbal de las Casas cumpliera 75 años, edad que se tiene como límite para presentar su renuncia al sumo pontífice.

Cabe mencionar que fue en Matehuala, San Luis Potosí, donde Aguilar Martínez fungió por primera vez como obispo, de ahí, el 28 de enero de 2006 se le asigna a Tehuacán, donde tomó posesión el 30 de marzo del mismo año, ante más de 36 obispos y arzobispos de la República Mexicana, así como de monseñor Giuseppe Bertello, quien era en ese entonces el nuncio apostólico y representante en México del Papa Benedicto XVI.

 

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