El principal problema en México es que todo se simula. Nada es realidad, todo se queda en papel. Nada se cede, todo está escrito, pero nadie lo cumple.

Se declara un combate frontal contra la delincuencia, pero tenemos acéfala la Procuraduría General de la República y ahora la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, y ni pensar en conformar la Fiscalía General de la República. La ley está ahí, pero es conveniente no aplicarla.

Se tiene una Secretaría de la Función Pública que no funciona. De hecho, es un muerto viviente que sólo chupa recursos públicos pero que está detenida bajo el penoso recuerdo de Virgilio Andrade. Su ley orgánica existe y el responsable es el Presidente de la República que jamás se refiere a ella. Está olvidada.

Se cuenta con un Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (FONDEM) pero aún hay miles de personas que perdieron todo en los pasados sismos o inundaciones. El Presidente presume que a final del año estará reconstruido, sólo que para Peña Nieto el fin de año es en enero o febrero. En la ley hay atención a damnificados, pero no se les otorga.

Existe una Secretaría de Agricultura pero el campo mexicano está en quiebra. Los recursos son para ser utilizados el próximo año para beneficiar al PRI o a sus aliados del Verde o hasta algunos del PAN. El derecho a la alimentación está en la ley, pero nadie la respeta.

Todos los sexenios modificamos a nuestras fuerzas policiacas, primero en una Secretaría de Seguridad Pública, después en un órgano de Gobernación y por último en una gendarmería. La protección a la ciudadanía es una obligación del estado, pero no se cumple. Sólo se simula.

En política es donde más se simula. Se conforma un frente que poco a poco se rompe por el protagonismo de sus integrantes. Se simula una unidad opositora, se elevan las expectativas y de un momento al otro comprendemos que no es posible unir el agua y el aceite. Se engaña para mantener al ciudadano entretenido para después tirar sus esperanzas de cambio. Nada cambia en política, todo sigue igual.

En el PRI se abren candados, se ocupa un gran aparato de movilización de supuestos delegados donde su utilizan muchos millones de pesos, solo para abrirle el paso al favorito de palacio. Se pinta un candidato que quizás no sea priista pero es peñista y que garantiza la impunidad del actual gobierno.

MORENA es el caso más emblemático. Se simula la construcción de un partido político, se le otorgan prerrogativas millonarias sólo para ensalzar a una sola persona, que además tiene 18 años en campaña permanente. Se simula democracia, pero seguimos en la época de los caudillos.

Y recientemente padecemos la simulación más lastimosa para los ciudadanos. Se crean las candidaturas independientes en la ley, pero tenemos al Instituto Nacional Electoral que las bloquea. Se garantiza constitucionalmente la participación política de todos los mexicanos, pero el INE obliga a utilizar una aplicación digital donde se otorgan apoyos, pero por medio de un intermediario.

Contamos con un instituto electoral que tiene como obligación promover la cultura cívica, pero practica una democracia limitada. Para los consejeros electorales sólo existen los partidos políticos, a ellos si los escucha; a los ciudadanos no.

Está en nosotros terminar con las simulaciones, dejar atrás un país que es engañado. Hoy nos advierten que las candidaturas independientes no tienen posibilidades, nos los dicen los que están acostumbrados a engañar. No los dejemos. Basta de simulaciones.

#FirmalaHistoria

@PedroFerriz

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