Atlixco. Visto desde el centro y desde abajo en la cúpula mayor del templo de la Merced parece se creó un ‘ojo de cielo’ y aunque, sin lugar a dudas la conjunción del fenómeno natural con sus secuelas con una creación del hombre, como lo es este antiquísimo inmueble; no tiene un paisaje comparable, no es lo ideal para una iglesia milenaria como esta.
Desde la portada elaborada artesanalmente en el siglo XVIII y rescatada recientemente en la administración de Ricardo Camacho Corripio en coordinación con la asociación civil Adopte una Obra de Arte encabezada por Lissete Spitalier de Maurer; se puede apreciar el daño con dos grietas verticales atraviesan esta obra de arte sacro.
La fachada principal esta ornamentada con argamasa y compuesta de dos cuerpos con un arco tribulado como acceso principal; columnas salomónicas, motivos de vegetales geométricos; querubines y santos de la orden mercedaria y de San José.
Posteriormente al ingresar a la nave principal se pueden observar fisuras y grieta por todo el techo que sostiene el espacio específico para el coro, siguiendo por la nave, paredes y cúpulas, que resistieron al terremoto tienen marcadas huellas del paso del mismo, llegando bajo la cúpula principal hoy inexistente llama la atención el hundimiento del piso en diversos punto de este espacio, lo que indica claramente el asentamiento del terreno sobre el cual esta cimentado el inmueble.
El altar como tal ha dejado de ser perceptible a la vista, pues ya se encuentra cubierto por lienzos de triplay para protegerlo durante las labores de colocación de polines para sostener la estructura.
Mismos trabajos que se realizan al interior de la sacristía y por donde es casi imposible pasa debido a la cantidad de pilotes que se han colocado, resalta en medio de ellos el candelabro colgante de cristal que iluminaba esta pieza, desentonando con los cientos de madera que forman un laberinto en la pequeña pieza.
Cabe recordar que este templo en el interior contaba con una nave denominada de cruz latina de significativa altura, cubierta con bóvedas de arista y cúpula en el crucero con una sencilla decoración, en su interior hasta pocos días después del sismo, mantenía un retablo neoclásico de grandes dimensiones, al óleo, que representaba el patrocinio de la virgen de la Merced.
Con la autorización de Fray Pablo, párroco de este templo que data del siglo XVI, Síntesis Puebla pudo hacer un recorrido al interior del inmueble que quedo semi destruido por el sismo del pasado 19 de septiembre y que hoy día vive el proceso de apuntalamiento por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) como sucede con las demás iglesias de la ciudad y de la región.
La llegada de los seguidores y promotores de la virgen de la Merced a la entonces Villa de Carrión, hoy Atlixco, data de 1612, para ello construyeron en un primer momento el templo para la orden mercedaria, posteriormente en 1680 se adquiere el predio conjunto para la edificación del convento correspondiente ambos ubicados sobre la calle tres norte.
Es preciso señalar que todo el arte sacro de este templo ya fue trasladado a un lugar seguro, bajo testimonio de notario para su resguardo y protección de las inclemencias del tiempo debido a que el derrumbe de la cúpula central permitía la entrada de la lluvia, el polvo y el sol, así lo declaro en entrevista anterior el responsable de los templos en la región Rogelio Flores Mejía.
Los trabajos de apuntalamiento que se realizan en el templo de la Merced a la par se estan efectuando en la parroquia de Santa María de la Natividad, San Agustín y Santa Clara, al igual que en el ex convento el Carmen, con un presupuesto de 500 mil pesos por parte del gobierno federal a través del INAH y son supervisados por personal de la misma dependencia, posteriormente aunque no se sabe para cuándo, se comenzará la reconstrucción.