Am vergangenen Freitag wurde bekannt gegeben, dass die Europäische Union (EU) und Mexiko die Verhandlungen über politische Fragen und die internationale Zusammenarbeit im Rahmen der Modernisierung des Globalen Abkommens (GA) abgeschlossen hatten.

Obwohl es noch ausstehende Handels- und Investitionsfragen gibt, ergibt dies einen weiteren Schritt zur Erneuerung Abkommen über wirtschaftliche Partnerschaft, politische Koordinierung und Zusammenarbeit Mexiko-EU, die 1998 unterzeichnet wurde und im Jahr 2000 in Kraft trat. Es ist wichtig, daran zu erinnern, dass die AG verbindlich ist und zielt darauf ab, bestimmte grundlegende Elemente des acquis communautaire zu vereinheitlichen.

Die Annäherung zwischen der EU und Mexiko war die erste ihrer Art in Lateinamerika. Das Hauptziel bestand darin, die Schaffung eines Freihandelsabkommens sowie die Institutionalisierung des politischen Dialogs und der Zusammenarbeit in einer Vielzahl von Bereichen zu fördern.

Jetzt, nach 17 Jahren, obwohl noch viele Fragen rund um diese Vereinbarung diskutiert werden, gibt es ein besonderes Thema, das für das Verständnis zwischen Mexiko und die EU  problematisch ist: Menschenrechte.

Der grundlegende Artikel, der zwischen der EU und Drittländern als Hauptpfeiler der Zusammenarbeit dient, ist die so genannte „Demokratieklausel“, die in der AG heißt es: „Die Achtung der demokratischen Grundsätze und der Menschenrechte, wie in der genannten Allgemeinen Erklärung der Menschenrechte, inspiriert die interne und internationale Politik der Vertragsparteien und ist ein wesentliches Element dieses Abkommens. »

Die Bilanz seit dem Jahr 2000 in Mexiko zeigt einen politischen Übergang und Reformen, wie die der INE. Dies führte dazu, dass sich die demokratische Debatte nun mehr auf Governance und Menschenrechte konzentriert.

Ich sage nicht, dass es soweit keine Fortschritte von der mexikanischen Regierung in diesen Bereichen gegeben hat, aber es ist unvermeidlich, diesen umstrittenen Teil des Landes zu beachten, der zu einem Mangel an Glaubwürdigkeit und sogar Misstrauen der wichtigsten Institutionen wie der CNDH geführt hat.

Krisenmomente haben die EU in eine komplizierte Situation gebracht, in der man mehr Vergeltung gegen den mexikanischen Staat fordern könnte. Die EU hat sich ihrerseits darauf beschränkt, Erklärungen abzugeben, und hat zeitweise einige dieser Verbrechen angeprangert. Aber auch mit der internationalen Empörung, die das Verschwinden von den Studenten aus Ayotzinapa provoziert hat, hatte die EU eine späte und mehrdeutige Antwort. Der Ziel: sehr aufpassen, nicht direkt die Regierung von Peña Nieto zu verurteilen.

Die Wahrheit ist, dass, obwohl die EU heute mehr denn je das Beispiel der Demokratie und der Förderung der Menschenrechte darstellt, kann man von ihr nicht fordern, in die inneren Angelegenheiten Mexikos einzugreifen. Beide Akteure kooperieren in verschiedenen Bereichen, die in gewisser Weise dazu beitragen, die Gesellschaft bei der Verteidigung ihrer Rechte zu unterstützen, wie dies bei europäischen Fonds zur Förderung des sozialen Zusammenhalts der Fall ist.

Wenn die EU jedoch ihre internationale Glaubwürdigkeit bewahren will, muss sie diese Aspekte bei der Modernisierung der AG unbedingt berücksichtigen. In diesem Fall gibt es zwei Möglichkeiten: Entweder wird die Rhetorik beibehalten, und es wird mehr Partizipation ohne Angst der Kritik an der mexikanischen Regierung betrieben; oder es wird modifiziert, um die Verantwortung loszuwerden. Wir werden sehen, wie es weiter geht …

 

La UE, México y los DDHH: Triángulo amoroso

El pasado viernes se dio a conocer que la Unión Europea (UE) y México habían cerrado la negociación sobre temas políticos y de cooperación internacional en el marco de la modernización del Acuerdo Global (AG) entre ambos.

Aunque aún hay temas pendientes de inversión y comercio, esto da un paso más hacia la renovación del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación México-UE, el cual fue firmado en 1998 y entró en vigor en el año 2000. Es importante recordar que el AG es de carácter vinculante y busca homologar ciertos elementos fundamentales del acquis communautaire.

El acercamiento que se dio entre la UE y México fue el primero de su especie en América Latina. El principal objetivo fue incentivar la creación de un acuerdo que incluyera el libre comercio, pero que también promoviera la institucionalización del diálogo político y de cooperación en una gran variedad de ámbitos.

Ahora, tras 17 años, aunque aún hay muchos temas que se debaten en torno a dicho Acuerdo, hay uno en específico que ha sido problemático para comprender la relación México-UE: los derechos humanos (DDHH).

El artículo fundamental que funciona como principal pilar de la cooperación entre la UE y terceros países es la llamada “cláusula democrática”, la cual, en el AG establece que: “El respeto a los principios democráticos y a los derechos humanos como se enuncian en la Declaración Universal de los DDHH, inspira las políticas internas e internacionales de las Partes y constituye un elemento esencial del presente acuerdo.”

En un balance general, desde el año 2000, la transición política en México y reformas como aquella llevada a cabo al INE, han llevado a pensar que el debate democrático se centra ahora más en la gobernanza y en los DDHH.

No se está diciendo que no haya habido avances en estos rubros por parte del Estado mexicano, pero es inevitable notar esa área de oportunidad en el país, que ha llevado a una falta de credibilidad e incluso desconfianza en organismos claves como la CNDH.

Momentos de crisis han puesto a la UE en una posición complicada, en la cual se le ha demandado una mayor represalia hacia el Estado mexicano. La UE, por su parte, se ha limitado a emitir declaraciones y en momentos ha denunciado algunos de estos crímenes. Empero, incluso con la indignación internacional que causó la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, la UE tuvo una respuesta tardía y ambigua, siendo muy cuidadosa para no condenar directamente al gobierno de Peña Nieto.

Lo cierto es que, aunque la UE representa hoy más que nunca el ejemplo de la democracia y la promoción de los DDHH, tampoco puede demandársele que intervenga en asuntos internos de México. Ambos actores cooperan en otros rubros que buscan, de cierto modo, coadyuvar a que la sociedad pueda actuar para impulsar la defensa de sus derechos, como es el caso de los fondos europeos para la promoción de la cohesión social.

Sin embargo, si la UE quiere mantener su credibilidad internacional es imperante que tome en cuenta estos aspectos para la modernización del AG. En este caso hay dos opciones: o se mantiene la retórica y se lleva a cabo una mayor participación; o se modifica para librarse de la responsabilidad. Veremos cuál será el camino a seguir…

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