Es muy recurrente hablar de los retos que nos plantea la tecnología con el tema de robots y algoritmos que ponen en peligro muchas fuentes de empleo, pero también existen otras circunstancias que generan la falta de oportunidades de trabajo.

De acuerdo con Juan Manuel Martínez Louvier, coordinador del Laboratorio de Innovación Económica y Social (Laines) de la Ibero Puebla, existen otras condiciones presentes como la migración, el deterioro medioambiental y los conflictos que vivimos en la región que impiden la actividad económica para que se pueda vivir con bienestar y eso tiene como plataforma el trajo decente.

“En gran medida las fuentes de trabajo se pierden por el esquema actual de producción, comercialización y distribución de los bienes, y los factores que construimos los humanos; así como los límites que nos pone la naturaleza”, precisó el especialista.

De acuerdo con estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 80% de la fuerza laboral de América Latina y el Caribe trabaja en sectores de productividad por debajo del promedio regional, y la productividad del estrato bajo es 6% de la del estrato alto.

Además, 46.8% del empleo en la región es informal (siete de cada diez empleos creados en esta región en los últimos 15 años son informales) lo que frena el desarrollo y precariza el mercado de trabajo.

Esta realidad ha reunido en la Universidad Iberoamericana Puebla a más de cincuenta representantes de organizaciones religiosas de México y de una docena de países de Centroamérica y el Caribe, principalmente, en el seminario El futuro del trabajo y los Objetivos del Desarrollo Sostenible: una perspectiva interreligiosa en el contexto de la cooperación Sur-Sur, evento organizado por la OIT en colaboración con el Laboratorio de Innovación Económica y Social de la IBERO Puebla.

PIB volatil

Por su parte, Gerardina González, directora de la OIT para México y Cuba comentó que el crecimiento económico actual en América Latina y el Caribe se caracteriza por una gran volatilidad, y detalló que el crecimiento promedio del PIB regional en la última década no supera el 4%, lo que significa una productividad regional de sólo la mitad de la de los Estados Unidos.

“La informalidad laboral, problema que aqueja a América Latina y el Caribe (ALC), refleja la inequidad y de la exclusión económica”, señaló la Directora de OIT para México y Cuba. “En promedio las mujeres ganan 23% menos que los hombres en la región”, puntualizó la titular de la OIT en México.

La especialista enfatizó que hay un déficit de trabajo decente en ALC, donde 241 millones de personas no cuentan con ningún tipo de protección social. En este conjunto, las personas desempleadas y los grupos vulnerables, como niñas y niños, migrantes, trabajadoras del hogar y trabajadores rurales son los más afectados.

Asimismo, el ingreso medio de los trabajadores por cuenta propia está un 30% abajo de la media de la economía, y el de los ocupados en microempresas un 10%. En México, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la tasa de informalidad laboral no agropecuaria era de 52%, pero entre las mujeres era del 57% para el primer trimestre de 2017.

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