Los accidentes a la hora de romperla en alguna convivencia familiar o amigos, ha provocado que las tradicionales piñatas hechas a base de barro tengan una menor demanda, a diferencia de las elaboradas de cartón.

Así lo develó Alicia Rodríguez, artesana del Barrio de La Luz en la ciudad de Puebla, quien es parte de la cuarta generación en su familia en seguir con la tradición de crear las piñatas.

Explicó a Síntesis que también se debe al incremento en el costo de las ollas, pero principalmente por los incidentes que han provocado; aunque en base a su experiencia la de cartón se hace feas a la hora de que reciben los golpes con el palo.

“Porque le pegan y pegan se quiebran los dulces y la fruta que está en su interior; la fruta de malluga y pierde su color y sabor”, defiende la señora.

En las posadas –principalmente- los niños al ver los dulces o fruta que ya está deteriorada al caer de la piñata ya no los quieren.

Una piñata grande de olla oscila en un precio de 130 pesos, mientras que 100 pesos la olla chica. Los precios pueden depender del decorado de cada piñata y de la cantidad de picos que llevará en el caso de las piñatas de barro.

Una piñata de siete conos de olla tiene un precio de 200 pesos, mientras que si es de cartón oscila en 150 pesos.

Incluso, comenta que algunos clientes les han referido en varias ocasiones su preferencia por las piñatas de cartón ante las diversas figuras que pueden ser recreadas, mientras que las elaboradas con ollas de barro únicamente pueden contener picos.

Sin embargo, Alicia defiende que ella no hace de figuras, sino que únicamente la tradicional piñata con picos.

En este sentido, informó que algunas de sus piñatas han llegado hasta Bélgica, lugar donde valoran mucho las artesanías mexicanas.

“Es una satisfacción personal, porque a mi me gusta hacerlas, a pesar de que han subido los costos”, precisa.

 

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