Wenn man an deutsche Unternehmen in Puebla denkt, fallen einem zunächst die großen Volkswagen-, Audi-Konsortien und alle Autopart-Firmen ein, die die Entwicklung der lokalen Automobilindustrie verstärken.

Aber unser Bundesland, das am zweitmeisten deutsche Auslandsinvestitionen in Mexiko erhält, bekommt noch viel mehr von den deutschen Bürgern, als das was wirtschaftlich beschrieben werden kann.

Aus diesem Grund habe ich beschlossen, einmal im Monat eine Kolumne den deutschen Kleinstunternehmern zu widmen, die entschieden haben, sich auf dem Gebiet von Puebla zu engagieren. Ich begrüße Sie zu «Abenteuer in Puebla.»

Im Herzen der Altstadt von Puebla, in der Palafox y Mendoza Strasse, unterstreicht eine Besonderheit, die Zeuge der Begegnung zwischen Kulturen, die die «Stadt der Engel» darstellt. Man kann wehende mexikanische und deutsche Flaggen sehen, und in der Mitte, um das porfirische Gebäude zu schmücken, das Zeuge und gleichzeitig Teil der Architektur von Puebla ist, kann man den Namen «Café Stieglitz» lesen.

«Der Hirsch im Slogan steht für das Familienwappen der Stieglitz-Familie», sagt Immanuel Brandt (Bad Arolsen, 1989). Levi Stieglitz war ein Einwohner von Bad Arolsen und war ein enger Freund des großen Entdeckers Alexander von Humboldt. In seinen Gesprächen erzählte Humboldt Stieglitz die Geschichten eines seltsamen und exotischen Ortes namens Neu Spanien. Fasziniert von den Geschichten, begann Levi Stieglitz, dieses Land zu mögen, und obwohl er nie auf mexikanisches Territorium trat, war er vom Land verzaubert.

Dieses Erbe der Liebe zu Mexiko wurde seinem Sohn Hirsch Stieglitz übertragen, der eine Villa erwarb und das Familienwappen auf den Eingang legte. Nach dem turbulenten Zweiten Weltkrieg wurde die Villa Eigentum des deutschen Staates und später von Immanuels Familie erworben.

Mit einem deutschen Vater und einer mexikanischen Mutter teilt Immanuel beide Nationalitäten in seinen Dokumenten und in seinem Herzen die Liebe für Mexiko und Deutschland. Seine Ausbildung als Internationalist verleiht ihm auch eine ganz besondere Sensibilität für seine Umgebung.

«Das Konzept von Café Stieglitz ist es, ein sehr wichtiges gemeinsames Element zu vereinen, das Familien und Freunde in Mexiko und Deutschland um Koexistenz und Kommunikation verbindet. Die «Hora del Café con Pan» oder «Kaffe und Kuchen» ist in beiden Kulturen zweifellos ein besonderer Moment,» sagt Immanuel.

Das Cafeteria-Projekt wurde dank der Beteiligung seiner Puebla-Partner Realität. Sabino und seine Frau steuerten das Kapital und viele Ideen bei, um das Konzept zu vervollständigen. Heute beschäftigt das Café Stieglitz acht Poblanos, meist Universitätsstudenten.

Die Speisekarte enthält eine Vielzahl von deutschen Nachtischen wie den Apfelstrudel mit Vanilleeeis oder den Marmorkuchen. Diese werden von deutsch-mexikanischen Damen gekocht, um den Geschmack des Originalrezepts zu bewahren.

Immanuel ist ein weiteres Beispiel für diese abenteuerlustigen deutschen Unternehmer, die nach Puebla kommen und beschließen, ihr Geschäft zu beginnen.

Alfonso Figueroa Saldaña studiert Internationale Beziehungen an der BUAP. Für einige Zeit, studierte er Politikwissenschaft an der Ludwig-Maximilians Universität München und interessiert sich für Deutsch-Mexikanische Zusammenarbeit und europäische Themen.

–              Email: af.94.333@gmail.com /// Twitter: _AF94

 

 

Aventuras en Puebla

Cuando uno piensa en empresas alemanas en Puebla, lo primero que viene a la mente son los grandes consorcios de Volkswagen, Audi y todas las firmas que se dedican a las autopartes que fortalecen el desarrollo de la industria automotriz local.

Pero nuestro estado, el segundo en recibir más inversión extranjera alemana, cuenta con mucho más inversión por parte de ciudadanos alemanes que la que se puede describir en términos macroeconómicos con los gigantes automotrices.

Es por eso, que he decidido dedicarle una vez al mes una columna a aquellos microempresarios alemanes que decidieron aventurarse en emprender un negocio en territorio poblano. Te doy la bienvenida a “Aventuras en Puebla.”

Ubicado en el corazón del centro de la ciudad de Puebla, en la calle Palafox y Mendoza, resalta una particularidad que es testigo del encuentro entre culturas que representa la «ciudad de los ángeles». Se nota entonces una bandera alemana ondeante  junto a una mexicana. En el centro de ambas, para adornar el edificio porfiriano que es testigo y a la vez forma parte de la arquitectura poblana, se puede leer “Café Stieglitz.”

“El venado del eslogan representa escudo familiar de la familia Stieglitz“, me comenta Immanuel Brandt (Bad Arolsen, 1989). Levi Stieglitz era un habitante de Bad Arolsen y era amigo cercano del gran explorador Alexander von Humboldt. En sus pláticas, Humboldt le contaba a Stieglitz las historias de un extraño y exótico lugar llamado Nueva España. Fascinado por los relatos, Levi Stieglitz comenzó a tomarle cariño a esa tierra, y a pesar de que nunca pisó territorio mexicano, quedó encantado con el país.

Ese legado de amor por México fue transmitido a su hijo Hirsch Stieglitz, el cual adquirió una mansión y puso el escudo característico de la familia en la entrada. Después de la turbulenta Segunda Guerra Mundial, la mansión pasó a ser propiedad del Estado alemán y posteriormente fue adquirida por la familia de Immanuel.

Con padre alemán y madre mexicana, Immanuel comparte en sus documentos ambas nacionalidades, y en su corazón el amor por México y Alemania. Su formación como internacionalista, lo provee además de una sensibilidad muy especial por sus entornos.

“El concepto del Café Stieglitz es juntar un elemento en común muy importante que, tanto en México como en Alemania, une a las familias y a los amigos en torno a la convivencia y la comunicación. La “hora del café con pan” o “Kaffe und Kuchen” es sin duda este momento especial  en ambas culturas,” comenta Immanuel.

El proyecto de la cafetería se hizo realidad gracias a la participación de sus socios poblanos. Sabino y su esposa  aportaron el capital y muchas ideas para completar el concepto. Hoy, Café Stieglitz da empleo a ocho poblanos, la mayoría universitarios.

La carta incluye variedad de algunos postres alemanes como el Apfelstrudel mit Vanilleeis o el Marmorkuchen hechos por señoras alemano-mexicanas, para conservar el sabor de la receta original.

Immanuel es un ejemplo más de estos empresarios aventureros alemanes que vienen a Puebla y deciden empezar su negocio.

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