“Prometen, pero no lo hacen, cada año dicen que lo van a limpiar pero no se ve nada”. Dichas palabras las expresan habitantes de colonias que se encuentran a las orillas del río Atoyac, que abarca entre Puebla y Tlaxcala, al preguntarles sobre la “limpieza” del afluente.

Y es que miles de millones de pesos en cada gobierno se anuncian como inversión para sanear el canal; recursos que -de acuerdo a los vecinos de los lugares que se ubican en la zona que recorre el rio- no se ven. El torrente sigue sucio.

A diario, las personas tienen que lidiar con basura y olores fétidos que recorren por las aguas negras (y de colores) del canal.

“A veces se pone azul el agua, o roja, o rosita, se ve bonito (risas), pero son contaminantes de las fábricas que echan, dijéramos que no apesta, pero huele muy feo”, relató Don Alfredo a Síntesis.

Además, afirman que “lo bonito” lo hicieron en la zona donde se ubica el Centro Integral de Servicios (CIS), en la zona de Angelópolis, “pero a partir del puente de la 25 hacia el poniente de la ciudad, no se ve nada; allá (en el CIS) ya pusieron bien bonito, como es oficina de gobierno, pero aquí se les olvida, que hagan algo, más que nada por los niños y las infecciones que les causa”.

De igual forma, evidenció que las alarmas colocadas para alertar cuando el canal está incrementando considerablemente su nivel de agua, no suenan a tiempo, “suenan cuando ya el agua casi se está desbordando”.

En un recuento de lo informado por los gobiernos anteriores –en su momento- se detallan las alianzas e inversiones millonarias que se han ejecutado con la intención de “limpiar” el río Atoyac.

Un 18 de agosto de 2004, la Secretaría de Desarrollo Social (federal) publicó en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo que aprueba el Reglamento Interior de la Comisión de la Región Conurbada Puebla-Tlaxcala. En el periódico oficial de cada estado dicho reglamento se publicó en Tlaxcala, el 17 de agosto y en Puebla el 2 de Agosto de 2004.

En ese entonces, los gobernadores Melquiades Morales Flores (PRI) y Alfonso Sánchez Anaya (PRD), anunciaron la detención de la contaminación de los ríos con el slogan: “grandes obras de limpieza e inversiones millonarias”.

Pero desde ese tiempo, los vecinos sostienen que no se han limpiado. Sigue usándose como desecho de la ciudad de Puebla y el estado de Tlaxcala.

“Los gobiernos han dicho que van a limpiar, mandan a los representantes a verificar (…) luego meten maquinaria para sacar la basura, tierra y piedras, pero las dejan amontonados solamente; utilizan maquinaria grande y sacan piedras y lodo del Atoyac y con ello hacen un bordo y ya, por la lógica no se amarra, se vuelven a bajar hacia el agua; en algún momento nos dijeron que le iban a poner de cemento, ya había recursos, pero no se ve nada”, afirma.

El 27 de marzo de 2008, en representación del entonces presidente Felipe Calderón, José Luis Luege Tamargo, quien era director de la Conagua, anunció una inversión de la federación y los gobiernos de Puebla y Tlaxcala por 2 mil 700 millones de pesos para sanear el Atoyac y la presa de Valsequillo. Uno de los firmantes de este convenio fue el ex gobernador Mario Marín.

El 25 de abril de 2011, otra vez José Luis Luege Tamargo, encabezó un nuevo convenio, ahora con los nuevos gobernadores de Puebla y Tlaxcala, Rafael Moreno Valle y Mariano González.

El funcionario federal ofreció todo el respaldo económico para el saneamiento de la cuenca. Planteó que la inversión fuera dirigida a la adquisición de los mejores sistema de tratamiento de aguas, para que su operación estuviera garantizada por lo menos 30 años.

El Atoyac es uno de los seis ríos más contaminados de México: sólo 10 de sus 94 kilómetros están claros. Son 22 municipios poblanos los que cruzan y contaminan al río, mientras que de Tlaxcala la cifra es del doble.

Apenas el año pasado, la asociación Dale la Cara al Atoyac, denunciaba que de las 250 plantas de tratamiento de agua que hay en Puebla, 230 están fuera de funcionamiento. Melanie Gabriel Camacho, presidenta de la organización, sentenció que el problema es la falta de planeación para operar las mismas por parte de las autoridades y no como tal la infraestructura.

No obstante, en marzo del 2017, el gobernador José Antonio Gali Fayad anunció que en Puebla se invertirían 5 mil millones de pesos para la instalación de nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales.

Para este 2018 la Comisión Nacional de Agua (Conagua) y el gobierno de Puebla invertirán 300 millones de pesos para “el saneamiento” de la cuenca del río Atoyac y la presa Manuel Ávila Camacho, mejor conocida como Valsequillo, anunció el director general del ramo, Roberto Ramírez de la Parra.

Atoyac

Las mismas promesas

“Prometen, pero no cumplen”, refiere también Doña Mari, quien explica que además de la peste que salen de las aguas del Atoyac, también han sufrido en diversos años, inundaciones.

Tras varios años viviendo en esas zonas, a cientos de familias no les queda más que seguir su vida cotidiana, y sortear los efectos de la contaminación del afluente.

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