Uno, de oficio panadero, otro, estudiante de estomatología en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP); uno cuenta con 35 años, y otro con apenas 21; personalidades distintas, pero un solo fin: representar a Jesús en la procesión de Viernes Santo.

Ellos son, Lucio Flores Moreno, de la junta Auxiliar Ignacio Romero Vargas, y Luis Alfredo Zamudio Pérez, de la junta auxiliar de San Felipe Hueyotlipan; ambas en la ciudad de Puebla.

Lucio comenta que le tocó en este año el papel principal, después de que antes le correspondía dar golpes, “ahora  en vez de dar golpes, me toca recibirlos.

Explicó que dicho personaje religioso le representa muchos sentimientos encontrados, desde el platicar con su familia y encomendarse a Dios, con la intención de que la actuación salga de la mejor manera.

Recordó que desde octubre del año pasado comenzó a prepararse tanto física, como mental y espiritualmente.

“Todo va de acuerdo al personaje, tener buena condición física, porque el trayecto es muy pesado”, dijo.

Explicó que hace tiempo se le murió uno de sus hijo, y esa experiencia es lo que lo motiva a personificar a Jesús.

Ahora recorrerá por diversas calles de la Junta Auxiliar Ignacio Romero Vargas el viernes, abjo el sol, con una cruz de madera y aguantando los azotes que le darán hasta la crucifixión.


Un joven Jesús

En tanto, Luis Alfredo, con tan solo 21 años, expuso que lleva once años dentro de la obra en San Felipe Hueyotlipan, y es una tradición familiar que tiene; su papá y abuelos participaban en el cuadro religioso.

Indicó que cuando le ofrecieron el papel, sabía que era un compromiso tanto para él como para su familia: físico, espiritual y mental.

Informó que desde ocho meses atrás recibió la propuesta e inmediatamente comenzó a ir al gimnasio, evaluar su alimentación con la nutrióloga, y trabajos de resistencia en pierna y espalda.

El chico cargará una cruz con un peso de 90 kilos; llevada en brazos y espalda, recorrerá diversas calles de dicha junta auxiliar. “Los golpes que se reciben en el viacrucis sí son dolorosos”.

Destacó que como jóvenes, hay veces que no se acercan a la iglesia, por pena o por la tecnología, que hace que se alejen de la iglesia y de Dios, pero eso viene desde la familia.

“Algunos comentarios que he recibió es de ridiculez, o como para qué lo hago; pero siempre les digo que lo hago con mucha pasión”, acentuó el estudiante.

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